Muere Carlo Maria Martini, el cardenal que pudo llegar a ser Papa

El ex arzobispo de Milán falleció a los 85 años de edad afectado por el mal de Parkinson.




El cardenal italiano Carlo Maria Martini, ex "papable" en el último Cónclave, y destacado exponente del ala progresista de la Iglesia, falleció hoy en Milán a los 85 años de edad afectado por el mal de Parkinson. 

El anuncio fue entregado por Angelo Scola, arzobispo de la ciudad italiana, en cuyas iglesias las campanas repicaron en señal de duelo tras conocerse la noticia. Martini, que había nacido en Turín, fue arzobispo de Milán por 22 años, entre 1979 y 2002.

El cardenal Martini ha "vivido su enfermedad de manera serena y con abandono hacia la voluntad del Señor", destacó el Papa tras difundirse la noticia de la muerte, al tiempo que destacó su "intensa ópera apostólica".

Unas horas antes de conocerse el deceso, Gianni Pezzoli, uno de los responsables del Centro Parkinson de los Institutos Clínicos de de Milán, había señalado que "el cardenal se encuentra en una fase terminal de su enfermedad. No habrá encarnizamiento terapéutico".

"En estos pacientes -explicó el médico- se pueden usar varios dispositivos, como la gastrostomía endoscópica percutánea (PEG, una forma de alimentación forzosa, NDR). Pero en esta fase sería encarnizamiento terapéutico. La enfermedad evoluciona del modo más natural posible". 

Tanto el Vaticano como Italia destacaron en estas horas la figura de Martini, recordando por ejemplo el diálogo que supo llevar por años con las otras religiones, su capacidad de hablar abiertamente con la gente, sobre todo con los jóvenes, su gran apertura a los cambios.

El cardenal era también un profundo estudioso y había escrito numerosos libros. En el último -cuyo título es "Creer y conocer", publicado en marzo- Martini afronta algunos de los temas más delicados para la Iglesia, como la sexualidad y la homosexualidad, el celibato para los sacerdotes, el fin de la vida y la eutanasia, la fecundación artificial y la donación de los embriones.

"Ha muerto un gran evangelizador", destacó por otra parte el vocero de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, jesuita, tal cual lo era Martini. El presidente italiano Giorgio Napolitano destacó "la pérdida que su muerte significa no sólo para la Iglesia sino también para Italia", mientras que el ex premier y ex comunista Massimo D'Alema destacó por ejemplo su "personalidad en el plano ético, espiritual y cultural".

En 2005, su nombre figuró en la lista de los favoritos como sucesor de Papa Wojtyla, sostenido sobre todo por los prelados más progresistas. Por mucho tiempo, Martini había elegido vivir gran parte del año en Jerusalén, donde retomó sus estudios sobre la Biblia. 

En 2008 regresó a Milán, donde por muchos años luchó contra el Parkinson. 

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