Así como es posible medir emisiones de carbono, también se puede determinar cuánta agua consumimos y saber, por ejemplo, que se necesitan 2.000 litros para producir un notebook o 3.400 para un kilo de arroz. Chile se suma a la tendencia mundial de medir la huella hídrica y así fomentar la conciencia de la utilización de este recurso.

El agua que ocupó en el café de la mañana no fue solo la que entraba en la tacita. Fueron 140 litros, en realidad. Porque, para producir ese café tostado, se realizaron varios procesos previos –plantación, cultivo, crecimiento e industrialización–. Por una manzana fueron 70 litros, por un vaso de cerveza fueron 75 y por un huevo, 200.

De eso se trata la huella del agua o hídrica: de un indicador que señale toda el agua que se consumió y se contaminó para elaborar un producto, o para hacer funcionar una empresa, o para que una comunidad sobreviva. La huella del agua indica dónde, cuándo y cuánta agua se usa y busca mostrar la intervención humana en la limitada agua dulce que existe. Porque, de hecho, sabemos que el agua es finita. La dulce representa el 2% de la que hay en el mundo y, de ella, 70% está congelada en glaciares.

El concepto nació en 2002 gracias al científico de la UNESCO-Instituto de Educación del Agua, Arjen Hoeskstra, quien dirige el WaterFootprint Network (www.waterfootprint.cl) y aplica la huella del agua tanto en la cadena de producción como en el abastecimiento diario.

Chile también se ha sumado a la tendencia mundial. Empresas como Concha y Toro, Municipalidad de Vitacura y Masisa ya han medido su huella de agua. Y entre los asociados chilenos a la Water Footprint Network (WFN) figuran la Fundación Chile y Pricewaterhouse Coopers.

Como explica Rodrigo Acevedo, jefe de proyectos de Agua y Medio Ambiente de la Fundación Chile, la huella del agua nace para crear conciencia y para medir los impactos económicos, sociales y medioambientales que se pueden generar. "Por ejemplo, puede ocurrir que se extraiga agua de un pozo más rápido de lo que este se llena naturalmente. Y si estamos en una zona desértica, donde el agua se evapora más rápido, puede generarse escasez. Siempre depende de la zona donde se mida y de los recursos naturales con que se cuente".

Se necesitan:

16.600 litros de agua para producir un par de zapatos de cuero

15.500 litros de agua para obtener un kilo de carne.

5.000 litros de agua por un kilo de queso.

1.000 litros por un vaso de leche.