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Mi comida favorita para empezar el día

"No soy de rutinas y, muchas veces, por la cantidad de cosas que hago, tengo poco tiempo para comer. Pero lo que jamás me salto es el desayuno, que amo por sobre todas las cosas. Por lo general, como dos rebanadas de pan 100% de centeno de masa madre, sin levaduras ni harinas industriales, que compro en www.almita.cl. Lo acompaño siempre con huevos revueltos, que son versátiles y les echo cualquier verdura que tenga a mano, especialmente las que se están echando a perder: kale, tomates, cebollín, ¡lo que sea! Tomo una taza de café de grano –sin endulzar– que muelo cada mañana para que no pierda sus propiedades o té matcha de www.matchachile.cl, que trae desde Japón productos de granjas certificadas. Muy de vez en cuando le agrego unas gotas de leche de almendra que preparo yo misma: la noche anterior remojo 25 almendras y al día siguiente las pongo en la juguera con agua filtrada. Después las paso por cedazo y en 5 minutos obtengo medio litro de leche deliciosa. A veces como media manzana picada con yogurt de coco vegano de @pepilucasavegana, al que le agrego una cucharada de un boost –polvo energético– de cúrcuma y jengibre, que desinflama y ayuda al sistema inmunológico. También rallo un poco de cúrcuma fresca si es que no la encuentro en polvo".

Orientación vegana

"No soy vegana, pero sí me inspiro en esa opción de alimentación. Finalmente, la forma en que yo consumo y qué consumo significa cuán responsable soy con la cadena de producción de ese alimento. Mi principal rollo es con la industria de comida procesada, especialmente la de la carne que es muy contaminante e irresponsable con los métodos de elaboración. Hace dos años que no como vaca ni chancho ni lácteos del supermercado. O sea, ir a comprar un filete, jamás. Pero sí como carne, ocasionalmente, cuando mis papás –que crían gallinas– hacen una cazuela o hace poco, cuando un señor de Parinacota me regaló un cordero criado por él en el Altiplano.

Buscando qué comer de snack, me uní a Wild Foods, experta en alimentación saludable para hacer Soul Bar (@soulbar.foods), barritas de cereal veganas, 100% crudas, sin azúcar, sin sellos, ni ingredientes impronunciables. Son preparaciones sencillas que uno puede replicar en casa con tan solo ver la etiqueta de los ingredientes.

Cuando almuerzo, creo que uno tiene que escuchar de qué es lo que uno tiene hambre: pasta, legumbres o lo que sea. Son siempre integrales y mi máxima es que mi plato tiene que tener un ingrediente fresco. Una receta: coliflor o repollitos de bruselas grillados en un sartén antiadherente, con tahini y merquén, que acompaño con ensalada o tallarines de arroz. Hace poco descubrí los vegetales fermentados de la www.lafermentista.cl, que les echo a todas mis ensaladas, a las que, además, agrego semillas varias. También soy adicta a las algas, especialmente al cochayuyo, que trato de comer siempre que vengo a Chile. Un hallazgo: la marca www.munani.cl tiene uno deshidratado que en 20 minutos está listo para comer y queda súper rico. En la noche, como lo mismo del almuerzo, priorizando los vegetales".

No al azúcar

"Nociva, adictiva y una de las responsables de la pandemia de la obesidad. No como azúcar hace dos años. Y para mí, que soy muy cocinera, ha sido súper entretenido experimentar con ingredientes que naturalmente la llevan y aprovechar ese dulzor para crear recetas. A mis amigos adictos a las bebidas cola y al Súper 8 les preparo un postre infalible y muy simple: una torta helada cuya masa se hace con el fruto seco que uno quiera y dátiles previamente remojados. Se muelen juntos hasta quedar con esa consistencia típica de las bolitas de nuez; la masa se estira y se pone sobre un papel mantequilla y luego en un molde con forma de tarta. Como jamás boto la comida, pico la fruta que se está echando a perder y la pongo a cocer un rato. Eso me sirve como relleno de la tarta, que luego pongo en el congelador por una hora. Al servir, pongo frutas frescas encima o merengue con miel o yogurt vegano de coco, ¡y ya está!".

Agua portátil

"En mi cartera llevo todos los días dos Klean Kanteen, botellas que reutilizo para no comprar plásticos. En una llevo agua fría y en otra, una infusión caliente: té verde, cedrón, boldo o manzanilla. Cada vez que puedo voy rellenando ambas botellas, así que tomo más de 3 litros de líquidos al día".

Ejercitarse al aire libre

"Me encanta hacer actividades al aire libre, como ir de trekking por los cerros. Uno de mis favoritos es el Parque El Boldo, cerca de Zapallar, donde viven mis papás; son 8 km para subir a 520 m sobre el nivel del mar, con una vista preciosa y bosque mediterráneo. El recorrido dura una hora y 40 minutos, que es súper caminable para quienes son aficionados. Cada vez que puedo, ya sea en Zapallar o en Estados Unidos trato de hacer surf, que me encanta. Infaltable es un baño de agua fría de mar: me tiro un piquero aunque sea invierno porque es ultra energizante. También ando mucho en bici y practico una hora y media de yoga, tres veces a la semana".

Piel limpia

"Soy matea con la limpieza de la piel, cada vez que vengo a Chile me hago limpieza facial en www.astromeliaspa.cl. En casa, voy probando con distintas marcas y ahora estoy con productos Bobbi Brown. Siempre uso factor solar. Me maquillo muy poco, pero creo que no despierto verdaderamente hasta que me pinto las pestañas, así que siempre uso máscara y un poco de color en los labios, ojalá opaco, pero siguiendo el mismo tono natural de la boca".

Pelo al natural

"Después de muchos años, por fin tengo mi pelo de mi color natural. Me lo lavo con champú en barra de Lush (www.lush.cl) o uno de Marek Eco-Cosmética @marekecocosmetica, una marca chilena que lo fabrica artesanalmente con aceite de coco y es hipoalergénico. Prefiero el formato barra porque, primero, no tiene botella, así evito los plásticos. Segundo, es muy fácil para llevar de viaje y me deja el pelo perfecto. Siguiendo el mismo precepto, uso solo desodorante de piedra Alumbre, que dura 3 años, evito botar plástico y no tiene químicos que pueden irritar o provocar daños en mi salud".

Mi gurú

Michael Pollan, norteamericano, activista por una buena alimentación y director del programa sobre periodismo científico y medioambiental en la Universidad de Berkeley. Su libro, El dilema del omnívoro, relata cómo la industrialización de los alimentos –desde una visión política, económica y social– ha cambiado totalmente el entramado de la humanidad, sobre todo en Estados Unidos, pero es totalmente extrapolable al resto del mundo. Su serie documental, Cooked, está en Netflix y la recomiendo a todos los interesados en cambiar la forma en que consumen sus alimentos.