Para que los hombres encuentren su espacio en la casa hay que derribar el mito de “la media naranja”
Según un estudio realizado por la consultora Morning Consult durante la pandemia, los hombres perciben que su participación dentro del hogar es más alta de lo que efectivamente ocurre en las familias. Y es que, en muchos casos, el marido y padre es una figura que cumple con el rol de ser proveedor y eso lo lleva a pasar la mayor parte del día lejos de la familia para la que genera recursos. Según explica un documento del comité de Equidad de Género de la Superintendencia de Seguridad Social, “durante mucho tiempo el modelo de familia que se perpetuó fue aquel en que el hombre cumplía con el rol de proveedor, recibiendo un salario que lo convertía en el jefe de hogar. La mujer, por su parte, tenía a cargo el cuidado de la casa y de sus hijos, y por el cual no percibía sueldo alguno”. De acuerdo con estos paradigmas de madre y padre tradicionales, a muchas mujeres les correspondería pasar más tiempo en la casa, cumpliendo con tareas como asistir a los hijos con su educación o a cargo de labores domésticas y a los hombres, les correspondería pasar la mayor parte de su día fuera, en la oficina.
Sin embargo, actualmente esas dinámicas han dado un giro radical para todos. Producto de la cuarentena, tanto padres como madres deben permanecer en las casas y ambos han tenido que aprender a convivir 24/7 en familia. La falta de costumbre y el simple hecho de no saber cómo compartir tanto, todos a la misma vez y en un espacio que los hombres no suelen habitar durante el día, hace que la convivencia entre el padre y los hijos sea en muchos casos difícil. “La cuarentena nos ha afectado de diferente forma a todas las familias”, comenta la orientadora familiar Eleonora Llanderal. “A todos nos ha cambiado el ritmo de vida, las actividades, la forma de vincularnos y eso no solo altera a los individuos, sino que también al grupo familiar”.
“El que pasaba mucho tiempo en casa está acostumbrado a estar de cierta manera y el que pasaba mucho tiempo fuera no está dispuesto a asumir ciertos compromisos”, explica. La especialista reconoce que efectivamente los hombres suelen pasar muchas horas fuera de la casa, pero desvincularse de la familia con la excusa del trabajo no es una dinámica exclusiva de ellos. “Hay varones que tratan de desentenderse de las labores del hogar y la crianza, pero también hay mujeres que lo hacen porque también trabajan largas horas fuera de casa y los niños quedan al cuidado de otras personas”, explica.
Si bien las dificultades para generarse un espacio dentro del hogar no afectan exclusivamente a los hombres, el primer paso para abrirles un espacio a aquellos que se están quedando fuera de las dinámicas familiares, según la especialista es reforzando la pareja. “No podemos estar la mamá y los chicos por un lado y el papá por otro. Primero tienen que estar mamá y papá juntos”. La orientadora explica que, en cuarentena, generar estos espacios de pareja requiere de cierta astucia. “Podemos dejar a los niños viendo una película y hacer una cena aparte solo para papás o tener una conversación los dos con un café. Hay que buscar una vuelta y ser estrategas”, explica. Pero lo primordial es que ambos padres asuman el compromiso de ocupar sus roles dejando espacio para el otro también.
Precisamente uno de los problemas que pueden contribuir, según la experta, a que los padres se queden fuera de la vida familiar es el que no haya un espacio que los considere y acepte a ellos con su particularidades. “Los varones y las mujeres somos iguales en dignidad pero todas las personas somos diferentes y la diferencia es algo enriquecedor”, explica. Eleonora comenta que, así como son importantes los detalles de la mamá con los hijos y que ella haga las cosas de determinada manera dentro de la pareja, también es válido y necesario que el padre pueda jugar de otra forma con sus hijos o poner chueco un pañal.
“Quizás él no va a jugar con los niños como lo haríamos nosotras, pero eso también es importante para los niños. A veces a las mujeres les cuesta mucho ver esa forma distinta del otro como algo valioso”, agrega. “Hay que dejar que despliegue su potencial y confiar en el otro también. En que lo va a hacer distinto, pero que es bueno que sea distinto porque la diversidad nos aporta”.
Y para esto la especialista explica que es clave derribar el mito de la media naranja, porque los hombres o las mujeres no venimos a completarnos los unos a los otros en la pareja. “Cada uno tiene su propio valor tiene sus propios dones y sus propios talentos y sus propias riquezas. Tenemos que ser astutos en aprovecharlos”, explica.
“Esta cuarentena ha sido una instancia que nos ha obligado a todos a repensar cómo entendemos la familia y acomodarnos para disfrutar el tiempo juntos”, explica Eleonora. La especialista aclara que un punto fundamental para lograrlo es no jugar a la familia perfecta posponiendo el disfrute para cuando todas las condiciones sean idóneas. “Lo más importante es aprender a compartir tiempo en familia en lo diario y lo concreto”. Porque la orientadora familiar es tajante en aclarar que la familia perfecta no existe.
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