"Hace 15 años que se fue mi viejito. Él era mi compañero de vida. Me casé con un buen hombre. Pobre sí, pero un excelente marido. En mis plantas lo veo a él. Y cuando las cuido de cierta manera le estoy rindiendo un homenaje. Él era muy fresco porque a veces me comentaba que no era necesario tener tantas, pero cuando salíamos a pasear me decía "oye Nanita, ¿y si compramos esta plantita?". Le encantaba la naturaleza, y me enseñó a cuidarla.

Ahora vivo acá con mi hijo, pero pasa poco tiempo en la casa. Mis animales y las plantas son mi compañía. Me gusta darles cariño. Les hablo, igual que las viejas locas. Cuando estoy bajoneada, más en verano, salgo para afuera y me distraigo regaloneándolas. Yo sé que tengo que levantarme todos los días porque tengo que alimentar a los pollitos, a mi perrita y gatita, y también cuidar a mis plantas.

Para mí las plantas tienen vida. Lo paso muy mal cuando se me seca una o se le cae una hojita, porque sé que sienten. La amaranta, por ejemplo, cuando está triste, se enrosca. Mi nuera no me creía, hasta que le regalé una. La tenía en su living y se veía súper linda, pero un día se puso a discutir con mi hijo, peleas de matrimonio, miró la planta, y se dio cuenta que estaban todas sus hojas hacia abajo. Absorbió toda la energía. Ellas son así.

Los mejores ingredientes son el agua y cariño. No me gustan las otras cosas que ahora están tan de moda. El otro día me regalaron unas vitaminas y se me murieron, así que nunca más les puse algo que no fuese agüita.

Creo que también una de las razones por las que me gusta tanto tener mi rincón verde es porque cuando chica me crié en Santiago, en un lugar de puro cemento. No tenía plantas, ni gatos, ni perros. Siempre supe que el día que me casara me iba a dedicar a criar de todo. Y así fue. Nos vinimos a Colina hace 40 años, y ahí se me desató este gusto.

Mi nieta siempre me dice que yo no tengo plantas, tengo personas, porque les hablo y las humanizo.  Y es verdad. Me paso todo el día conversándoles. Les pregunto "¿Mijita por qué está tan seca? ¿Qué le pasó, le falta agüita?". Los vecinos deben pensar que estoy media loca, pero igual les encanta mi casa. Una vez uno me ofreció comprarla porque le gustaban mis árboles. Es que en mi jardín tengo de todo tipo, pero mis preferidas son la rosa, la camelia y unos ajís que parecen copihues".

María Eliana Retamales tiene 84 y es la secretaría de uno de los clubes de Colina hace 14 años. Hace ejercicio, vende huevos y enseña a hacer libretas y cajas con cintas.