BlackRock apuesta por la renta fija de los mercados emergentes... y Chile no es la excepción

BlackRock

El administrador de activos más grande del mundo destaca dentro de sus tácticas una sobreponderación de la deuda en moneda local de los emergentes, lo que incluye a Chile, en vistas de una presumible estabilización del dólar tras las elecciones presidenciales y parlamentarias. En el largo plazo, Chile además se vería beneficiado por la transición energética global.


“Estamos sobreponderados en renta variable europea y bonos ligados a la inflación. Somos neutrales en EE. UU. acciones. Elevamos la deuda en moneda local de los mercados emergentes a una sobreponderación moderada”. Esa es la “implicancia táctica” del análisis que hace del panorama global BlackRock, donde Chile, pese a que el dólar a escalado 14% en lo que va del año, no escapa a la mirada que se tiene del mundo emergente.

Esto último, según aclara Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de la firma estadounidense, obedece no solo a que en renta fija de los mercados emergentes sigue siendo atractivo en relación a la de las economías desarrolladas, más aún ahora que se han adelantado en el proceso de alza de tasas (proceso del que forma parte nuestro Banco Central), sino que también porque en Chile están anticipando una estabilización de la moneda.

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Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock.

Si bien actualmente reconoce que el tema cambiario en Chile está muy influenciado por los comicios que tendrán lugar en menos de 30 días, Christensen destaca que “la historia muestra que muchas veces el momento de volatilidad tiende a estabilizarse tras las elecciones (...) Perú es un buen ejemplo, donde el tipo de cambio se ha tendido a estabilizar e incluso a apreciar un poco en relación al dólar”, pese a lo sorpresivo que resultó la elección presidencial de Pedro Castillo.

En ese marco, indica que, “anulado por la situación de la incertidumbre electoral nosotros esperamos es que se estabilice (el dólar en Chile), lo que hace interesante a la deuda chilena, juntos la de otros países como Brasil, México, Sudáfrica o Turquía”, indica el experto en renta fija.

Adicionalmente, considera que la actual incertidumbre electoral está fuertemente a la relacionada con el cuarto retiro del 10% de los fondos de las AFP. “Son un poco inseparables, mucho de la discusión de retiros está ligada también a que en el Parlamento hay un proceso electoral. Entonces, tras las elecciones también es esperable que decante el cuarto retiro”, el que, a su juicio, ya está incorporado en los precios, por lo que de aprobarse no generaría mucho ruido en los mercados.

Transición energética

En su reporte, BlackRock ahonda en las consecuencias de la transición energética tanto en las estrategias como tácticas de largo plazo, dado que es un proceso que tiene en la mira metas de emisión cero por allá por 2050.

A partir de lo que comenzamos a ver este año, el gestor de activos anticipa una transición energética “desequilibrada”, marco en el que esperan “una mayor volatilidad de los precios de la energía, la inflación y la actividad económica en el futuro”.

A nivel global la inversión anual en energías limpias ha sido de US$ 1 billón entre 2016 y 2020. La cifra debiera aumentar a US$ 4 billones entre 2026 y 2030 si se quiere alcanzar la emisión neta cero en 2050.

Según detallan en un informe de esta semana, no se puede responsabilizar únicamente al “reinicio” de las actividades, en la era postpandémica, por el alza en los precios de la energía. De acuerdo a su análisis, “ha sido difícil poner en funcionamiento otras fuentes de energía” y “esto está ejerciendo una fuerte presión sobre los precios de las fuentes de energía disponibles”.

Lo anterior ha “expuesto un problema subyacente: la transición a cero neto hasta ahora ha sido desequilibrada, ya que la inversión en energía limpia no ha aumentado lo suficiente como para compensar la disminución de la inversión en combustibles fósiles”, detallan en el informe.

Perspectivas para la inversión

Al respecto, toman los datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), para consignar que entre 2016 y 2020 hubo un promedio de US$ 1 billón al año de inversión en energía limpia, una brecha importante en relación a los US$4 billones anuales que se requerirán entre 2026 y 2030 para avanzar decididamente a la transición neta cero para 2050. Adicionalmente, indica que este proceso también demandará “nuevas tecnologías para almacenar y distribuir energía limpia, descarbonizar la industria, agricultura y transporte y capturar las emisiones de carbono”.

En ese marco, BlackRock plantea que “una mayor claridad en las políticas climáticas ayudará a alentar al sector privado a invertir en energía limpia y tecnologías relacionadas. Es por eso que los compromisos de los gobiernos en la próxima cumbre climática de las Naciones Unidas (COP26) serán clave para observar”. El evento se realizará entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre.

Con todo, aseguran que “la transición crea oportunidades de inversión en los mercados públicos y privados. En un horizonte estratégico, nos gustan los sectores que se beneficiarán más de la transición, ya sea por ser proveedores de soluciones o por estar menos expuestos a los riesgos climáticos, como el tecnológico y el sanitario”.

En la misma línea, ven “oportunidades estratégicas en el espacio de infraestructura que están relacionadas con el desarrollo de nuevas tecnologías que se necesitan para llegar a cero neto”. Dicho esto, señalan que prefieren “los bonos ligados a la inflación sobre sus contrapartes nominales en un horizonte estratégico debido a la presión inflacionaria”.

Por otra parte, también destacan que “ciertos productos básicos, como el cobre y el litio, probablemente verán un aumento de la demanda desde el impulso a cero neto”. Es ahí, donde aparecen buenas oportunidades para Chile.

A la hora de analizar la situación del país respecto a lo que está ocurriendo con las materias primas, Christensen detalla que “la situación de Chile es mixta. Sufrimos el alza de las energías, pero tenemos metales muy importantes para la transición que se requiere, por ejemplo, para los vehículos eléctricos o híbridos, que necesitan de cobre. Las ciudades también necesitarán más infraestructura de cobre”. En ese contexto, destaca que “las perspectivas de largo plazo para Chiles son bastante más positivas”.

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