LO que parecía ser una jornada ordenada de trámites a las afueras del Consulado de Venezuela en Santiago -en calle Bustos-, terminó desembocando en el enojo de muchos ciudadanos de ese país, indignados ante los requerimientos que impuso el gobierno de Maduro para inscribirse y votar en las elecciones de abril próximo.

Y es que tras varias semanas de espera, el cuerpo diplomático informó que recibiría solicitudes hasta el 20 de febrero- Sin embargo, luego que la embajada abriera sus puertas, no todos pudieron entrar. Varios asistentes denunciaron modificaciones de última hora en el proceso. La principal: sólo se permitirá la inscripción de venezolanos con permanencia definitiva en Chile, y no de otra categoría como temporal o turista.

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Lo anterior condiciona la estadía hasta al menos cinco años en nuestro país para acceder al trámite, dejando fuera a todos los que solicitaron residencia después de 2014, que según cifras del Departamento de Extranjería y Migración reveladas en octubre pasado ascendían a 32.890.

Según la vocera del movimiento "Vente Venezuela" en Chile, Verónica Olivieri, el gobierno de Maduro "está pasando por encima de lo que dice la legislación, desconociendo y dándole carácter de ilegal a la permanencia temporal para los venezolanos en Chile".

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Sobre lo anterior, el Artículo 124 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales de Venezuela asegura que solo podrán sufragar los electores "que posean residencia o cualquier otro régimen que denote legalidad de permanencia fuera de Venezuela".

Dos venezolanos que llegaron temprano a calle Bustos son Reinaldo Castellos y Francia Hernández, ambos con visa temporal -llevan un año y medio en Chile- y que no pudieron inscribirse debido al requisito impuesto por el gobierno. "Como no tenemos la permanencia definitiva todavía y estamos en proceso no vamos a poder realizar la inscripción", dijo Hernández con resignación, un estado de ánimo que se repitió durante toda la jornada.

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De todos modos, los dos ciudadanos venezolanos intentarán en extranjería una solución. Hasta ahora, con las condiciones del gobierno de Maduro para llevar a cabo el registro electoral, no podrán votar el 22 de abril.

Venezuela se queda sola

A la petición del Grupo de Lima para que Maduro presente un nuevo calendario electoral, se sumó la definición de Perú, que a través de su canciller Cayetana Aljovín dijo que la presencia del presidente venezolano "no será bienvenida" en la Cumbre de las Américas que se celebrará en abril próximo.

La respuesta no tardó en esperar. Ayer la representante de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carmen Luisa Velásquez, rechazó enfáticamente las críticas del bloque integrado por 14 países de la región al gobierno chavista, y aseguró que se atribuyen una "autoridad que nadie les ha otorgado para pretender desconocer nuestras instituciones".

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Con esto, la máxima autoridad de Venezuela ante el organismo internacional exigió el "cese inmediato de todas las agresiones y amenazas" del grupo, a quien llegó a referirse como "cartel de Lima".

Las reacciones no terminaron ahí. Horas más tarde, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de Venezuela, a través de su diputado, Adán Chávez, condenó la actitud de la agrupación al excluir a Maduro de la cita en la capital peruana prevista para el 13 y 14 de abril, y afirmó que "constituye un nuevo y desmesurado acto de injerencia que evidencia su carácter sumiso ante la hegemonía imperial".

Desde Chile, a modo de respaldo de la declaración del Grupo de Lima, el Canciller Heraldo Muñoz reiteró el llamado a reconsiderar los comicios del 22 de abril y aprovechó para aclarar que pese a que se revocara la invitación de Maduro a la Cumbre de las Américas, se mantiene la convocatoria del mandatario a participar del cambio de mando entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. "La cumbre es inminentemente política. Eso es muy distinto a la inauguración del nuevo gobierno, porque se invitan a Estados", dijo el ministro en respuesta a la petición DC de no permitir la visita de Maduro al país (Ver nota relacionada).

Según Muñoz, ese tipo de invitaciones se han mantenido inalterables desde 1990, porque se invitan a los Estados con los que existen relaciones diplomáticas.

En cuanto a Bolivia, demostró ser uno de los pocos aliados fieles que le quedan a Venezuela. Tan pronto como pudo, el Presidente Evo Morales defendió a su homólogo, acusando una intervención desde EEUU para cancelar la invitación a Lima. "Por orden de Trump, el Grupo de Lima, con 12 de 35 países que forman Cumbre de las Américas, viola principio de no intervención y atenta contra Venezuela al cancelar invitación al hermano Presidente Maduro", escribió en sus redes sociales.