Accidentes viales: una amenaza encubierta a la productividad de las empresas

Automóvil se incrusta en muro de edificio en Vitacura
FRANCISCO CASTILLO D./ AGENCIAUNO

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos representan la novena causa de muerte a nivel global, sin embargo, las previsiones apuntan a que al 2030 logre escalar al quinto lugar. El crecimiento económico, el aumento de las distancias y frecuencia de traslado de las mercancías y la expansión de los núcleos urbanos, son los factores que agravan el desafío.


Un desafío que podría llevar a la ruina a muchas empresas, así de lapidarios reaccionan algunos expertos ante una amenaza que consideran que atenta gravemente contra la productividad de los países y organizaciones. La expansión de los núcleos urbanos, el auge del e-commerce y el incremento de las distancias de traslado, son los factores que le agregan complejidad al desafío.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes viales son la novena causa de muerte a nivel global, sin embargo, se prevé que al 2030 pase a tomar el quinto lugar. Esto, si es que los países no toman las medidas adecuadas.

"Aparte del drama humano y sanitario que traen consigo los accidentes viales, su impacto en la productividad y la economía es verdaderamente brutal, hasta el punto de que algunas investigaciones muy rigurosas hablan de que los siniestros de tránsito serán la ruina de muchas empresas y países", asegura Luis Montoro, catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia y presidente de la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial).

De acuerdo a una investigación de la Superintendencia de Seguridad Social (Suseso), los trabajadores que sufren accidentes de trayecto pierden, en promedio, 26 días laborales. Para hacerse una idea, las inasistencias por otros tipos de accidentes son de sólo 20 jornadas (Ver gráfico).

"En la medida de que existan trabajadores que tengan temor a los riesgos, va aumentando la probabilidad de una disminución de su productividad", explica Hugo Caneo, abogado y docente de la Unegocios FEN U de Chile.

Dentro de los siniestros viales, los accidentes laborales de tránsito -aquellos que se producen utilizando el vehículo como herramienta de trabajo o movilización durante el mismo- son especialmente preocupantes, hasta el punto de que la misma OMS, además de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la ONU y el Parlamento Europeo, entre otras organizaciones, han expresado su preocupación.

Marcos Singer, director de MBA de la Universidad Católica (UC) y profesor de la Escuela de Administración de esa casa universitaria, afirma que el costo de los accidentes laborales para los países es muy importante, pues "existen cálculos que hablan de entre un 2% y hasta un 4% del PIB a nivel global y una parte de estas cifras está compuesta por los accidentes viales, ya sea de trayecto o en el trabajo, como es el caso de empleos donde tengan que desplazarse. Hay que desarrollar una cultura de mayor preocupación, pues eso es fundamental para disminuir estas estadísticas".

Es por este motivo que es clave potenciar las alianzas públicas y privadas para enfrentar este desafío. "Hay que desarrollar un trabajo compartido, el que debiera apuntar hacia una mejora del estándar de calles y veredas. En el caso del transporte público, es necesario que el Estado ponga atención a la condición de esos vehículos", aconseja Caneo.

Según estadísticas de la Comisión nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset), el choque y la colisión de vehículos es el tipo de siniestro vial que se repite con mayor frecuencia en Chile. Las causas son variadas, pero las que encabezan la lista son la imprudencia del conductor y el exceso de velocidad.

"A través de distintas campañas de concientización, buscamos generar un cambio cultural que tenga como premisa el autocuidado, la responsabilidad y prevención en el tránsito. Además, hace poco firmamos un acuerdo nacional por la seguridad vial con el fin de mejorar los índices de siniestralidad en nuestro país, a partir de una alianza estratégica entre el sector público y privado", manifiesta Luis Stuven, secretario ejecutivo de Conaset.

Desde el punto de vista de las organizaciones, los expertos comentan que es un desafío que se puede enfrentar desde diversas perspectivas. Por ejemplo, el estudio previo de los problemas de seguridad; la elaboración de estrategias que consideren este ítem o la realización de campañas específicas.

"La mayoría de los trabajadores no saben reconocer los efectos de la fatiga o del sueño previos a que se produzca un accidente; otros ignoran cómo hay que llevar el cristal de la ventanilla del vehículo para que en caso de accidente no les corte el cuello; muchos desconocen que a partir de un minuto de conversación con el celular no se perciben el 50% de las señales de tráfico y tampoco saben que si se está tramitando un divorcio, la posibilidad de accidente grave se duplica", destaca Montoro.

En ese sentido, las empresas que se dedican directamente al reparto de mercancías o pasajeros son las que están sujetas a mayores riesgos. Esto se debe a que a mayor número de kilómetros recorridos, existe una mayor exposición al riesgo y, por ello, posibilidades más altas de sufrir un accidente. "Estas organizaciones deberían dar una prioridad especial a la formación de sus trabajadores en materia de seguridad vial", asevera Montoro.

En ese sentido, las empresas jugarán un rol fundamental en el cambio cultural que se requiere para impulsar una mayor seguridad. "Las tendencias jurisprudenciales en la materia indican que el empleador también debiera preocuparse de la capacitación de sus trabajadores, además de adoptar medidas preventivas. Por ejemplo, cuando las mineras disponen de buses para el traslado de sus colaboradores. Los accidentes de trayecto son relevantes, pero están dentro de un contexto más general, el que no sólo tiene que ver con el trabajador y empleador, sino que al propio Estado", dice Caneo.

Los expertos comentan que la posición de Chile respecto a la realidad del resto de los países OCDE es mejor de la que se cree, sin embargo, esto no es suficiente. "Faltan incentivos de todo tipo, por ese motivo la legislación nacional también debiera analizar fuertemente cuáles son los que está ofreciendo para avanzar en la materia", destaca Caneo.

Existen compañías que están tomando medidas para hacer frente a este desafío, ENEX es una de ellas. Esto, debido a la naturaleza de los productos transportados, principalmente combustibles y lubricantes.

En otras medidas, se ha aplicado tecnología para el monitoreo de la fatiga y somnolencia en las rutas, que han sido identificadas como críticas. "Es parte de nuestros principios el operar nuestro negocio con la mayor responsabilidad y los más altos estándares de seguridad, ya que recorremos más de 3 millones de kilómetros mensuales en carretera", dice Ronny Cornejo, subgerente de Salud Seguridad y Medio Ambiente de Enex.

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