Banco Central descartó un alza mayor en la tasa de interés por considerar que estaba fuera del escenario económico plausible

Banco Central descartó un alza mayor en la tasa de interés por considerar que estaba fuera del escenario económico plausible

De acuerdo con las minutas de la última reunión de política política monetaria, realizada el 29 de marzo, cuando el instituto emisor optó por subir la TPM en 150 puntos a 7%, también se analizó la posibilidad de elevarla en 125 y 175 puntos, pero un aumento superior a este último nivel fue totalmente desechado.


El Consejo del Banco Central analizó las opciones de subir la tasa de interés en 125, 150 o 175 puntos base en su última reunión de política monetaria realizada el 29 de marzo, en la que finalmente decidió por unanimidad elevarla en 150 puntos para dejarla en 7%, su nivel más alto desde 2009.

Pese a que las expectativas del mercado apuntaban a un alza de hasta incluso 200 puntos, de acuerdo con las minutas del encuentro, dadas a conocer este miércoles por el instituto emisor, dicha posibilidad fue totalmente descartada.

“Todos los consejeros concordaron en que aumentos de la TPM superiores a 175 puntos, como se observaba en las expectativas de algunos agentes de mercado, estaban fuera del escenario macroeconómico que el banco consideraba plausible”, muestra el documento.

De hecho, en el comunicado de su reunión de marzo el Banco Central, además, señaló que futuros aumentos de la TPM serían menores que los realizados en los últimos trimestres.

Y la señal fue recogida por el mercado. De acuerdo con la Encuesta de Expectativas Económicas del instituto emisor que se dio a conocer el martes pasado, las apuestan apuntan a que el próximo aumento en la tasas de interés será de 100 puntos para llevarla a 8%.

Luego subiría a 8,25% hasta alcanzar un máximo de 8,5% en un horizonte de 5 meses y luego retroceder a 8% a fines de 2022.

Posición más cómoda para reaccionar

Según las minutas “el Consejo concordó en que la Tasa de Política Monetaria (TPM) debía seguir aumentando a un ritmo significativo, coherente con un escenario donde la inflación anual ya era elevada y seguiría aumentando en lo inmediato”.

Al respecto el documento añade que el escenario central del Informe de Política Monetaria (IPoM) de marzo consideraba una TPM que se ubicaría cercana a 7,5% en el segundo trimestre del año.

“Si bien ese escenario no era un compromiso del Consejo, pues las decisiones estaban sujetas a la evolución de la macro, permitía establecer las opciones de política relevantes para esta reunión”, muestran las minutas.

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Asimismo, señalan que todos los consejeros concordaron en que las tres opciones eran plausibles, pero que la de elevarla en 150 puntos era la que mejor se ajustaba técnica y comunicacionalmente con el mensaje que se quería transmitir.

“Una decisión como esta dejaba en una posición más cómoda para reaccionar frente a cualquier desviación o para acelerar el ajuste de considerarse prudente, dada la nueva información que surgiera en lo venidero”, muestran las minutas.

Opciones descartadas

Respecto las opciones de 125 y 175 puntos hubo coincidencia entre los consejeros en que ambas tenían desventajas, en particular la primera de ellas.

A juicio de un consejero, un aumento de 125 puntos podía descartarse basado en el escenario de expectativas de inflación que se enfrentaba y lo que una opción como esta señalizaría.

Esto en particular, porque sería una sorpresa importante, que podría transmitir una menor preocupación relativa respecto del escenario inflacionario y sus perspectivas.

Respecto de la opción de 175 puntos, todos los consejeros concordaron en que podría dar mayores señales de preocupación por la inflación, pero también podría dar indicios de una trayectoria de TPM que iría más allá de lo que indicaba el escenario central, por lo que era comunicacionalmente compleja.

Del mismo modo, todos los consejeros concordaron en que aumentos de la TPM superiores a 175 puntos, estaban fuera del escenario macroeconómico que el banco consideraba plausible.

Todos los consejeros coincidieron, además, en que la economía chilena enfrentaba un escenario complejo, y que la principal labor del banco era asegurar la convergencia de la inflación a la meta de 3% en un horizonte de dos años.

Por esta razón, el consejo tomaría todas las acciones necesarias para cumplir con ese objetivo. No hacerlo, no solo pondría en entredicho la credibilidad del Banco Central, sino que también pondría en riesgo a la economía, pues podría terminar provocando un mayor costo en materia de actividad económica y empleo al debilitar su capacidad de implementar una política monetaria contracíclica, muestran las minutas.

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