Italia vuele a caer en recesión bajo la conducción de Giuseppe Conte

FILE PHOTO: Italy's Prime Minister Giuseppe Conte awaits to welcome participants as they arrive to attend the first day of the international conference on Libya in Palermo
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Completó dos trimestres en negativo y le pone la tarea difícil al Banco Central Europeo.


Hace siete meses asumió Giuseppe Conte como primer ministro de Italia y hace seis meses la economía del país comenzó a contraerse. Ayer el Instituto Nacional de Estadística informó que la actividad retrocedió 0,2% en el cuarto trimestre del año pasado, la segunda caída consecutiva del PIB que deja al país oficialmente en terreno de recesión.

Con esa cifra, además Italia revirtió el crecimiento de 0,2% que había anotado en el primer trimestre del año, con lo que su PIB se estancó en los US$1,9 billones (millón de millones) con los que finalizó el 2017, mirando hacia los alto los US$2,4 billones que anotaba su economía en 2008, antes de la crisis financiera, la del euro y de una larga trayectoria de mediocre crecimiento.

El último dato no tomó por sorpresa a Conte, que en la jornada precia aseguraba que esperaba "una nueva contracción del producto interno bruto". Sin embargo se ha manifestad optimista respecto a que este año se logre retomar la ruta de crecimiento.

Sin embargo las dudas están instalada, considerando que la administración de Conte no se ha caracterizado por dar certidumbre al mercado. De hecho, en la arena política lo más relevante de su administración ha sido la dura confrontación que tuvo con la Comisión Europea en noviembre del año pasado, al presentar un presupuesto que no respetaba las metas de déficit comprometidas por el país.

Este episodio volvió a elevar los riesgos soberanos y financieros de la tercera economía de la zona euro, donde siguen con atención la situación italiana. Lo anterior no sólo por las fuertes interconexiones de los bancos del país con el resto del bloque, sino que también por el débil panorama que enfrentan en conjunto, tras la contracción de 0,2% que sufrió Alemania el tercer trimestre (el dato del 4T se revelará el 14 de febrero) y un débil avance del PIB de 0,2% en toda la zona euro en 2018, según los datos de Eurostat.

Este sombrío panorama, complica particularmente al Banco Central Europeo, dado que sólo a fines del año pasado terminó con su compra de bonos para estimular a la actividad económica, mientras sigue con una tasa de interés en mínimos históricos.

De todas maneras, el BCE proyecta una expansión de 1,7% para este año, la que puede resulta ambiciosa dados los últimos resultados.

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