La innovación como distorsión creativa

"La innovación se trata más bien de un constante moldear el contexto, en una inseparabilidad vital del dúo organismo-nicho como nos diría el doctor Humberto Maturana. La “distorsión creativa” es entonces la invitación a ir surfeando esa deriva congruente y mutuamente determinante como dupla copulativa, organización-entorno".


De Steve Jobs se dice que su presencia producía una distorsión de la realidad. Un efecto similar se siente al observar la “noche estrellada” de Van Gogh. El dealer de arte Paul Durand-Ruel, presentado por la National Gallery, como “el hombre que inventó el impresionismo”, fue otro que nos enseñó a ver el mundo con nuevos ojos. Tal como lo fue la increíble dupla Picasso-Braque, que actuando como un afiatado equipo crearon el Cubismo y cambiaron la historia de la pintura para siempre.

Todas estas son historias de innovación, centradas en la acción e interacción con otros. Muy lejos de la simple reacción y aún más lejos de la inacción. Historias mediadas por la reflexión, la experiencia y expresadas en relatos co-construidos. Relatos que convierten en “cool” el recibir en su casa a extraños; cosmopolita el subirse confiadamente a autos de desconocidos; natural el abrir desenfadadamente su vida a los curiosos; razonable el echar a volar su opinión sin filtros a los cuatro vientos, y cosechar de vez en cuando funestas tempestades.

Esos relatos se asocian a una reinterpretación del pasado, del futuro y evidentemente a nuevas formas para vivir el presente. Esto nos posibilita transformar las percepciones de lo que consideramos como positivo o negativo, dejando en evidencia que la metáfora de navegar un entorno rígido, establecido e inmutable ya no logra capturar las dinámicas de un mundo siempre cambiante.

Desde esta perspectiva, la innovación se trata más bien de un constante moldear el contexto, en una inseparabilidad vital del dúo organismo-nicho como nos diría el doctor Humberto Maturana. La “distorsión creativa” es entonces la invitación a ir surfeando esa deriva congruente y mutuamente determinante como dupla copulativa, organización-entorno, para seguir sobreviviendo, conviviendo y co-creándonos en un presente continuo.

Esto nos demuestra que ese campo de fuerza que distorsiona la realidad no es una ilusión, ni una manipulación, sino una construcción social, propia de seres humanos dotados de una racionalidad acotada y diseñadores naturales de todo tipo de artefactos que materializan la innovación en ingenios simbólicos, económicos, sociales y políticos, e incluso institucionales (o constitucionales), como explica Herb Simon.

Tenemos una capacidad aparentemente ilimitada de crear historias, conceptos, relatos y ficciones. Sin embargo, ese proceso de creación requiere la valentía de soltar lo predefinido. El arquitecto Frank Gehry nos recuerda: “la Gestalt del diseño es líquida, la fase de pre-cristalización requiere de tiempo para explorar diferentes opciones… tolerar los nervios, incluso el miedo y la incertidumbre, hasta que la estrategia se consolide en torno a un modelo”.

Estos pensadores y hacedores nos invitan a colaborar con otros, a ser observadores de nuestras categorías mentales, a ser capaces de cuestionarlas, desafiándonos a nosotros mismos, y así a atrevernos a distorsionar creativamente la realidad, a ponerla entre paréntesis, para desde ahí aportar a construir mejores organizaciones, mejores instituciones y un mejor país para todos.

* Gonzalo Jiménez Seminario, CEO Proteus Management & Governance, profesor de ingeniería UC.

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