Fernando González (Santiago, 29 de julio de 1980) está en un momento especial de su vida. Padre de dos hijos (Félix y Lupe, de dos y un año, respectivamente) con la leyenda del hockey césped argentino Luciana Aymar, habla de sus confesiones en el marco del lanzamiento de La mejor derecha de la historia (Ediciones de la Lumbre), la primera biografía del Bombardero de La Reina realizada por el joven periodista Gonzalo Querol, y que tuvo un periodo de investigación de seis años.

“Gonzalo venía escribiéndolo hace varios años y yo me había enterado recién hace un año, por amigos míos que los querían entrevistar para este libro. Hasta que me contactó Gonzalo y me puse a disposición de él. Le agradezco por cómo quedó el libro; por cómo resaltó lo importante de la carrera deportiva, algo que no es tan común en los libros, y por haber tenido la iniciativa y ejecutado. Yo, por iniciativa propia, no lo hubiera hecho”, reconoce.

La obra contiene una serie de entrevistas a grandes figuras de la historia del tenis que describen su relación con el chileno, pero también llega a un gran hallazgo histórico: el olvidado número uno del mundo juvenil del triple medallista olímpico.

“Caco Aranda, que había sido preparador físico de Fernando en esa etapa juvenil, me dijo que estaba seguro de que él había sido número uno del mundo. En una entrevista se lo pregunté a Fernando y él creía que sí, pero no estaba seguro, mientras que en la ITF aparecía que había terminado la temporada 98 como número cuatro. Después de mandar correos a la ITF, me confirmaron que había llegado a lo más alto. Previo al US Open del 98, Fernando estrenó el número uno”, explica el autor.

La noticia regocijó a González, que no se esperaba algo así. “Yo no estaba seguro cuando me preguntaron, creía que sí por los puntos. Podría haber pasado lo que le ocurrió a Vilas, pero no fue el caso. Así que feliz. Ha pasado tanto, pero decir que fui número uno del mundo para mí es importante”, admite.

04/10/2022 FOTOGRAFIAS AL TENISTA FERNANDO GONZALEZ FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Otro hecho que lo emocionó bastante fueron los elogios de Casper Ruud hacia su persona. El noruego, actual número tres del planeta, recordó en el US Open cómo su progenitor le ponía a Feña como ejemplo a seguir: “Mi padre siempre me decía cuando era chico que tenía que mirar a Fernando González, una de las mejores derechas de la historia. Cuando le pegaba de derecha, mi papá me decía ‘vamos, González junior’”.

“Me encantó lo que dijo y más cuándo lo dijo, porque estaba a punto de disputar el partido más importante de la historia del tenis. ¿Por qué el más importante? Porque era la primera vez en que se iba a definir el número uno del mundo y la final de un Grand Slam. Fue un contexto increíble. Quizás ni me vio jugar, pero que haya dicho eso fue un cariñito importante y rico para el ego”, confiesa.

La exposición

Un poco antes de los elogios de Ruud, González también hizo noticia por una entrevista en el medio Clay, donde anunció que se iría del país por varios factores, entre ellos, el clima político, lo que le valió algunos cuestionamientos.

“No es primera vez que se habla mucho de mí. Fue una palabra que dije la que causó revuelo. Si lees la entrevista, claramente es lo que dije, pero no es como se pinta; que voy a salir corriendo de Chile. De hecho, estoy viviendo acá y amo a mi país; amo a los chilenos. Desde que me retiré, vivo en Chile. Nunca había estado tanto tiempo viviendo en un lugar. Soy padre de familia y queremos buscar nuevos horizontes, sobre todo con la libertad que tenemos con Luciana”, explica.

En ese sentido, tiene un plan trazado. “La idea es irnos porque tenemos hijos chicos, pero uno no se cierra a irse a otro lugar o a volver. Miami es lindo porque tengo muchos amigos allá, mi hermana vive allá y porque hay un vuelo directo todos los días que, aunque no lo uses, te da una tranquilidad. La gente siempre va a hablar para bien o para mal. Yo prefiero que no hablen. No es el titular, pero sí es lo que dije”, apunta.

“No sé por qué conté que me iba, siempre estaba pensando en que el clima malo de Miami era el calor e igual me podía ir al parque con mi hijo en la tarde esperando que pase. Lo único que dije es que había mejor clima, y ahí me preguntaron por el clima político y me cagué de la risa y dije ‘también’, y siguió la entrevista. Pero a ver, uno no le puede gustar a toda la gente. Yo no tomé ninguna posición, y eso le molesta a la gente. Y si tomo una, también le va a molestar a gente. Entonces, es como la fábula del burro o del caballo… Pero lo importante es seguir tus sentimientos y lo que es mejor para la familia de uno”, profundiza.

Tampoco le gustaría involucrarse en campañas políticas. “La verdad que no. Con las contradicciones que tengo no podría salir. Los únicos que me van a entender son los deportistas. Uno ha estado tan expuesto indirectamente, en el sentido de que imagínate las portadas que tuve sin siquiera dar una entrevista. Entonces estás muy expuesto. En mi caso, me afectó. Hoy no, porque no estoy tan expuesto. A mí me pasaba, por lo que no tengo la más mínima intención de volver a exponerme”, dice.

“No es que me moleste la exposición; sí la sobreexposición. Yo sabía que era parte de, pero te agota. Tu vida personal pasa a segundo plano, porque pasas a pertenecer a toda la gente que va opinando sin saber tus emociones”, complementa.

La etapa más linda

Lejos de esa vida rodeada de flashes, hoy su momento personal es muy distinto al de esa época, y lo refleja al hablar de su familia.

“Estoy en la mejor etapa de mi vida, porque tengo dos hijos maravillosos, inquietos. Están en un momento increíble, van descubriendo cosas, la más chica se lanzó a caminar hace poco… Son cosas que vive la mayoría de la gente y no dejan de sorprender. La mayoría de la gente no jugó en un estadio con miles de personas, pero sí son padres, y te digo que es mucho mejor ser padre que vivir las otras emociones”, afirma.

Ese presente provoca que el volver a vincularse al tenis de una manera más activa, como por ejemplo, convirtiéndose en entrenador de alguna figura, sea algo muy lejano.

“Me encanta, pero no está en mis planes. Hace un par de meses me llamó un jugador que no es chileno, pero le dije que no. El tema de los viajes es mi problema. Me encanta el tenis, echo de menos la adrenalina, pero si pongo en la balanza ausentarme muchas semanas de mis hijos, para mí es demasiado. Quizás, en un tiempo más, estando en Miami, a lo mejor sí aceptaría. Pero viajar 15 o 20 semanas no está en mis planes”, señala.

A propósito de entrenadores, también tiene palabras para la breve experiencia de Marcelo Ríos como entrenador de Juncheng Shang. “No sé más de lo que salió en los diarios. Lástima que fuera tan corto, pero yo creo que sería muy interesante ver al Chino Ríos dirigiendo a alguien”, comenta.

Garin y Tabilo

El extenista también aprovecha de analizar el presente de Christian Garin y Alejandro Tabilo. Sobre el primero, quien anunció su regreso con Andrés Schneiter, Feña tiene una opinión clara.

“A ver, el Gringo es un gran entrenador y Garin es un tremendo jugador. Ambos tuvieron grandes resultados. Después Garin pasó por otras manos y no duró mucho. Yo soy amigo de los dos. Eso sí, no comparto mucho lo de las segundas partes. Puedo estar rotundamente equivocado porque les va a ir bien, pero en mi caso, cada vez que terminé con un entrenador, busqué a alguien que viera el tenis de una manera completamente distinta. De todos modos, claramente Christian va a mejorar mucho y va a subir su ranking”, manifiesta.

En cuanto al actual número uno de Chile, González cree que todavía está en una etapa de transición, pero le augura un muy buen futuro a su carrera. “Tabilo es un gran tenista, una persona muy centrada y que tiene el foco bien puesto. Pero cuando uno agarra otro estatus en el tenis, como pasar del 120 al 60, como fue su caso, hay un proceso de adaptación. Además, tuvo una lesión. Él tiene tenis para estar ahí y seguir subiendo. Tiene cosas por mejorar, pero él lo sabe. Soy cercano a su entrenador (Guillermo Gómez) y de verdad que están haciendo una pega súper buena”, declara.

Este fin de semana, Fernando González va a tener un pequeño regreso al tenis, ya que disputará un torneo en Brasilia, por el Champions Tour. Ahí se reencontrará con viejos amigos y rivales de su época como jugador. Por ejemplo, ayer se midió frente al alemán Tommy Haas y hoy lo hará ante el argentino David Nalbaldian, en un certamen donde también participan el español David Ferrer y los locales Rogerio Silva y André Sá.

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