Caso Amia, la historia del mayor ataque terrorista ocurrido en Argentina
Existen distintas "pistas" sobre el ataque del 18 de julio de 1994 contra la mutual judía.
Todo comenzó a las 9.53 del 18 de julio de 1994. Ese día quedó marcado como el mayor ataque terrorista que recuerda Argentina, cuando una camioneta Renault cargada con explosivos se estrelló contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (Amia), ubicada en pleno centro de Buenos Aires. Producto del ataque 85 personas murieron y más de 300 resultaron heridas.
Ese año la investigación pasó a manos del juez federal Juan José Galeano. Pero no fue hasta 2001 que se inició el juicio oral y público por una llamada "conexión local" que imputaba a 20 personas, en su mayoría ex policías argentinos, por haber estado involucradas con la camioneta que se estrelló contra la sede judía.
Pero el caso dio un vuelco cuando en 2003 la Cámara Federal sacó a Galeano del cargo por irregularidades en la investigación. Un año después la justicia absolvió a los 20 imputados locales y creó una fiscalía destinada especialmente para la resolución del caso Amia, a cargo del fiscal Alberto Nisman.
Pasaron dos años y el fiscal acusó como ideólogos del atentado a siete ex funcionarios iraníes, entre ellos al ex presidente Ali Rafsanyani (1989-1997) y al ex agregado cultural de la embajada de Irán en Buenos Aires, Mohsen Rabbani y también apuntó contra un libanés sospechoso de pertenecer a Hizbolá. En 2007 la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) ordenó la captura de los acusados, aunque esta orden continúa sin ser ejecutada.
La polémica con el gobierno argentino se desató en 2013 cuando la Presidenta Cristina Fernández firmó un "Memorándum de Entendimiento" con Irán, para investigar el ataque. Según el diario El País, el documento establece la creación de una denominada Comisión de la Verdad para cooperar con la investigación, la que estaría compuesta por cinco comisionados y dos miembros designados por cada país (pero que no podían ser ni argentinos ni iraníes). Se establecía que el juez y Nisman podrían interrogar a los sospechosos iraníes en Teherán.
El fiscal calificó como una "indebida intromisión" el acuerdo. Y el 14 de enero de este año, denunció que con ese pacto la mandataria Cristina Fernández de Kirchner buscó "fabricar la inocencia" de los acusados".
Pero Nisman fue más allá y acusó que la finalidad real de tal acuerdo era desvincular a los iraníes de la responsabilidad del ataque, para así lograr un acercamiento geopolítico al país a cambio de contraprestaciones como el intercambio de crudo por granos y la venta de armamento al régimen iraní. Por esa causa el fiscal denunció a la Presidenta, al canciller Héctor Timerman y a otros políticos oficialistas. El 18 de enero, la noche antes de que fiscal tuviera que detallar ante el Parlamento su denuncia y mostrar las pruebas, Alberto Nisman apareció muerto en su departamento en el centro de la capital. A su lado yacía un arma calibre 22 de la que habría salido el disparo mortal.
La pista siria
Además, existen otras pistas que habrían sido descartadas por la policía. Una de ellas fue la pista siria, la primera que siguió la policía pero que quedó trunca, según lo que algunos postulan, por haber involucrado a allegados a la Casa Rosada. Esta hipótesis sostiene que el ataque contra la sede judía fue una represalia del gobierno sirio de Hafez Assad (1971-2000) contra el gobierno de Carlos Menem (1989-1999) por haber incumplido su promesa de entregarle tecnología nuclear, a cambio de un importante aporte financiero que Siria (país del que procedían los padres del ex mandatario) entregó a Menem y que lo llevó a la Casa Rosada.
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