Columna de Alejandra Stehr: ¿Qué hacer con la crisis hídrica?

Sequía Chile Valparaíso


Nuevas plantas desaladoras, embalses de diversas dimensiones, sistemas de reutilización de aguas y riego tecnificado, son algunos proyectos de infraestructura que los gremios agrícolas, industriales y las comunidades han pedido implementar al gobierno en las últimas semanas, ante una sequía que se prolonga por más de una década.

Este escenario, acrecentado por el cambio climático, es grave: este año se dictaron nuevos decretos de escasez hídrica por parte del Ministerio de Obras Públicas, desde Atacama hasta Magallanes. Hoy también hay 275 comunas declaradas en emergencia agrícola por déficit hídrico por el Ministerio de Agricultura. A esto se suma que muchas zonas con problemas de suministro están rodeadas de fuentes de agua, pero no tienen la infraestructura para el abastecimiento.

Para hacer frente a esta crisis se debe generar un pool de soluciones de manera que el país cuente con seguridad hídrica en el tiempo, a partir de fuentes sustentables. La autoridad planteó la necesidad de instalar plantas desaladoras, pero estos proyectos presentan un alto tiempo de tramitación. Así, la urgencia de contar con obras se topa con el extenso timming que se tiene hasta lograr tener en funcionamiento una planta.

Por otra parte, si estamos pensando -como ha indicado la autoridad- abastecer zonas lejanas a la costa, es necesario considerar el traslado del agua a los puntos de interés. Para facilitar el establecimiento de desaladoras, también es necesario que se avance en el proyecto de ley que regule el uso de agua de mar para desalinización, la que debe apuntar a favorecer la implementación de las mismas, mediante reglas claras para su evaluación y funcionamiento.

En paralelo, el gobierno ha señalado que se debe fomentar la reutilización de aguas -ley aprobada en 2018-, aunque se requiere un reglamento para hacerla operativa. Asimismo, se espera una pronta puesta en marcha de la ley que regulará la recolección, reutilización y disposición de aguas grises destinadas a la agricultura.  En este último sector -que concentra el 70% del consumo de agua-, también resulta importante la tecnificación de riego, lo que hoy es voluntario.

Como ya mencionaba, se debe hacer un mix de soluciones. En esa línea, no se debe dejar de lado la implementación de embalses en diversas comunas -rediseñando su tamaño y ubicación-, con el objetivo de acumular agua y permitir la infiltración de los acuíferos.

Por último, se debe avanzar en implementar soluciones basadas en la naturaleza, las que se corresponden a acciones para proteger, gestionar de manera sostenible y restaurar ecosistemas naturales o intervenidos que abordan desafíos como la seguridad alimentaria e hídrica pero que a su vez proporcionan beneficios para el desarrollo sustentable y la biodiversidad.

Esta serie de medidas tiene que ver con las decisiones estratégicas para el país, lo que deben ir de la mano de sustento técnico y el resguardo de los territorios.

Por Alejandra Stehr, académica Facultad de Ingeniería, Universidad de Concepción, miembro Comité Infraestructura Hídrica del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

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