Columna de Gabriela Clivio: Dos relatos para un mismo dato
Los datos o los hechos informados por el INE recientemente, muestran que la tasa de desocupación nacional alcanzó en el trimestre móvil terminado a marzo una cifra de 8,7%; para las mujeres la tasa de desempleo fue de 9,5% mientras que para los hombres fue de 8,0%. Dicha tasa de desocupación implica que hay un total de 884.546 personas sin trabajo. La cifra informada implica una baja de 0,1 puntos porcentuales en doce meses y un quiebre de la tendencia reciente de 16 alzas consecutivas. El INE también informó que, parte de la creación de los nuevos puestos laborales se debió nuevamente al aporte del sector público, donde se crearon cerca de 14 mil empleos, mientras que al mismo tiempo se destruyeron 5.000 empleos asalariados privados. En 12 meses, se han creado 302 mil empleos adicionales de los cuales 160 mil correspondieron a empleos formales y el resto a empleos informales (142 mil).
Para el gobierno, lo importante es que en el último trimestre se crearon 30 mil nuevos empleos y se recuperaron 500 mil empleos desde marzo del año 2022 en línea con el compromiso de crear 700 mil nuevos empleos hasta el fin de esta administración. Es decir que vamos en la dirección correcta. Para mí, las cifras de desempleo siguen ubicándose por sobre los niveles históricos y aún falta crear 198 mil puestos con respecto a la situación del año 2019. Pero esto no es todo. La informalidad, uno de los grandes problemas, anotó un mayor crecimiento que los puestos asalariados alcanzando la tasa de ocupación informal al 28,1%. Las personas ocupadas informales aumentaron 5,8%, incididas tanto por las mujeres (7,8%) como por los hombres (4,1%).
Si bien coincido con que este quiebre al que me refería al comienzo es positivo, la recuperación hay sido muy lenta y estamos en niveles de empleo de hace 12 años. La receta para generar nuevos empleos y empleos de calidad es que la economía tiene que crecer. Para que lo anterior suceda, se necesitan políticas públicas que generen las condiciones para que la inversión privada se materialice además de ejecutar la inversión pública. Lo más probable es que en el mes de marzo observemos un buen dato de Imacec como consecuencia de la inversión pública, pero mientras tanto las grandes empresas privadas chilenas siguen avanzando en su proceso de invertir fuera de Chile. Recientemente, Empresas CMPC anunció el estudio de lo que será la inversión directa más grande de una empresa chilena en el exterior. Se trata de un proyecto por US$ 4.500 millones para la construcción de una nueva planta de celulosa que considera además obras de infraestructura vial y el desarrollo de un nuevo terminal portuario en Río Grande. A esto se suma que no son pocas las empresas que han detenido sus proyectos de inversión. El día que estos temas se solucionen, seguro no habrá más dos relatos para un mismo dato.
Por Gabriela Clivio, economista y académica
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