Desmentir la propia muerte y ser atacado por el hombre más rico del mundo no son dos actividades normales para la mayoría de los mortales. Este no es el caso del inversor y filántropo multimillonario húngaro-estadounidense George Soros, que en las últimas 24 horas tuvo que recurrir a Twitter para negar los rumores que afirmaban que había sufrido un ataque cardiaco. Pocas horas después, el jefe máximo de la red social, Elon Musk, lo atacó de una forma directa. “Soros me recuerda a [el personaje de X-Men] Magneto”, publicó el magnate sudafricano. Se unía así en su inquina a un personaje que suele ser objetivo habitual de la ultraderecha europea, desde la húngara de Viktor Orbán o a la española Vox.
Las acusaciones por parte de Musk llegan después de que Soros y su fondo de inversión dieran a conocer que ya no poseían acciones en Tesla, tras venderlas de forma acelerada durante el primer trimestre de este año. El vehículo de inversión controlado por el multimillonario de origen húngaro poseía títulos del fabricante de vehículos eléctricos valorados en 16 millones de dólares (unos 14,7 millones de euros). La venta de estas acciones supuso un gran beneficio para el veterano gestor, ya que la acción se ha apreciado un 55% desde comienzos de año.
Tesla no es la única compañía que Soros ha recortado de su cartera. Rivian, además de Amazon y Alphabet (empresa matriz de Google), ha sido otra de las compañías afectadas por el giro de estrategia del vehículo de inversión de la familia Soros, que mantiene una cartera de renta variable de aproximadamente 5.000 millones de dólares. Soros recoge así plusvalías en compañías que se han visto especialmente premiadas en Bolsa tras el giro en las expectativas del mercado sobre los tipos de interés en EE UU, donde se espera el final de las subidas e incluso un recorte este año. La excepción es Rivian, que soporta un derrumbe en Bolsa en 2023 superior al 23%.
Las críticas de Musk, sin embargo, han evitado cualquier referencia al rally de mercado de Tesla. “Quiere erosionar el tejido mismo de la civilización. Soros odia a la humanidad”, contestó el cofundador de Tesla a Brian Krassenstein, un usuario de Twitter que comentó el mensaje original. Krassenstein comentó que la historia personal de Soros, quien es un superviviente del Holocausto, hace que sea atacado sin parar por muchos estadounidenses “por el mero hecho de no estar de acuerdo con sus posiciones políticas”.
Musk ya había apuntado contra Soros en marzo de este año, cuando un usuario de la red social acusó al magnate de origen húngaro de apoyar la campaña de Alvin Bragg para el puesto de fiscal de distrito de Nueva York. Bragg no es un desconocido en la justicia estadounidense: fue el principal responsable de la investigación contra el expresidente de Estados Unidos Donald Trump por los pagos de dinero secreto realizado a Stephanie Clifford, más conocida por su nombre artístico, Stormy Daniels, y caso que ha llevado al banquillo a un expresidente de EE UU por primera vez en la historia. En ese momento, el también cofundador de SpaceX precisó que Soros participaba de manera activa con donaciones en “campañas políticas pequeñas” que “tienen un impacto mucho mayor por dólar gastado”.
La acusación alrededor de Soros, ahora comparado con el supervillano de la serie Marvel que posee poderes magnéticos (y que también es de origen judío), es una más dentro de una gran serie de críticas a este inversor, fuertemente alineado con las causas progresistas y liberales a través de la Open Society Foundation. En 2017, el multimillonario transfirió buena parte de su fortuna, aproximadamente US$18.000 millones, a esta fundación.
La nueva polémica desatada por Musk llega pocas horas antes de que hoy comience la reunión anual de accionistas de Tesla, que se celebraría en la gigafactoría que la firma tiene en el estado de Texas. La principal incógnita es si el director financiero de la compañía, Zach Kirkhorn, sucederá a Musk como consejero delegado del fabricante de vehículos eléctricos. En este sentido, se discutirá una propuesta de un grupo de accionistas que reclama una mayor transparencia en la presentación de los informes periódicos por parte de directivos clave de la compañía.