Los beneficios ambientales de la restricción vehicular
Santiago Respira, el nuevo Plan de Descontaminación de la Región Metropolitana, se hace cargo por primera vez de cumplir la nueva norma de Material Particulado fino (MP2,5), que es el que más daña a la salud. Para reducir la contaminación atmosférica, Santiago Respira consta de medidas estructurales para distintos sectores, incluido el sector de transporte. Este Plan de Descontaminación busca reducir en un 78% las emisiones de MP2.5 del sector transporte, incluidos los vehículos livianos particulares.
Los vehículos livianos particulares contaminan. El último inventario de emisiones de la RM fue construido con un catastro exhaustivo de las fuentes móviles. Este inventario estima que las fuentes móviles aportan el 20% del Material Particulado formado en la región, pero también aportan un 65% de las emisiones de oxidos de nitrógeno (NOx), En efecto el aporte a la contaminación del sector transporte no se da tanto por sus emisiones directas de Material Particulado, sino por su precursor principal, el NOx; un 50% de las emisiones de esta gas se deben al parque vehicular liviano (un 20% los vehículos livianos diésel y un 30% los gasolineros).
Para la elaboración de este inventario, se midió mediante un equipo sensor remoto las emisiones de 196.000 vehículos individuales a nivel calle en Santiago. Esta medición permitió estimar las emisiones de cada tecnología de control de emisiones en condiciones reales de manejo. No todos los vehículos contaminan lo mismo; un vehículo a gasolina de 10 años de antigüedad contamina entre 5 y 10 veces más que un vehículo nuevo, mientras que un vehículo de 15 años de edad contamina 40 veces más que un vehículo nuevo, esto significa que el parque vehicular afectado por la restricción es entre 15 y 20 veces más contaminantes que el parque eximido. Esto es aún más pronunciado para vehículos diésel ya que el parque afecto es más de 100 veces más contaminante que el parque eximido.
El diseño propuesto de la restricción vehicular exime a los vehículos del año 2012, fecha que coincide con la entrada en vigencia de la norma Euro 5 para vehículos diésel, un salto tecnológico que reduce las emisiones en un 90% las emisiones de Material Particulado. La restricción propuesta exime a los vehículos que cumplen la norma de emisión más exigente. Al eximir a los vehículos más nuevos, se acelera la compra de vehículos más limpios y así estructuralmente tendremos una reducción de más de 77% de las emisiones de fuentes móviles livianas en un plazo de 10 años.
Este beneficio no se verá solamente en un día de preemergencia, sino que todos los días y con una tremenda rentabilidad social de 7 veces más beneficios que costos. En la práctica reducer en 77% las emisiones es una restricción permanente de 8 dígitos, transformándose la medida no en paliativa sino semiestructural.
La restricción vehicular no es nueva. El diseño propuesto por el Ministerio de Medio Ambiente no es sino una reedición de la primera y exitosa primera restricción vehicular, que inteligentemente eximió a los vehículos con convertidor catalítico. El resultado de esa política fue, de acuerdo a una publicación de los profesores Barahona, Gallegos, y Montero, una reconversión completa del parque no catalítico a catalítico, sin evidencia que hubiera una compra de un segundo auto. En efecto en esta última dos décadas el parque vehicular de Santiago ha crecido a menor tasa que en regiones, y es significativamente más limpio y de menor antigüedad que en el resto del país. Este importante avance no se puede perder, debemos potenciarlo. El parque vehicular tiene vehículos nuevos cada vez más limpios, pero si no renovamos los vehículos más sucios, el parque nunca será lo suficientemente limpio como para cumplir las metas del plan de descontaminación y con un Santiago limpio.
La restricción vehicular no es una medida de utilería, sino estructural que permitirá tener un parque vehicular a la altura del desafío que tenemos por delante para limpiar el aire. Cuando hablamos de Santiago Respira, hablamos de un esfuerzo ciudadano en el que nos embarcaremos como ciudad, hablamos de la salud y vida de las personas. Un esfuerzo que bien vale la pena hacer.
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