Alianza público privada para las comunicaciones en Astronomía




La instalación y operación de grandes proyectos astronómicos en Chile solo es posible gracias al desarrollo en paralelo de infraestructuras de comunicaciones como las provistas por las Redes de Investigación y Educación.

Cuando el equipo detrás del mega proyecto astronómico LSST evaluó la mejor ubicación para su emplazamiento, además de la calidad excepcional de los cielos, necesitaba estar seguro que contarían con las condiciones de red adecuadas para movilizar los enormes volúmenes de datos que  espera generar el observatorio. Todos sabemos que Chile fue el lugar elegido, y uno de los factores determinantes  fue la existencia de una Red de Investigación y Educación, que no solo fuera capaz de responder a este desafío, sino que interconectara el ecosistema de investigación con el desarrollo y la innovación (formación de profesionales), para enfrentar así uno de las transformaciones  más importantes que está experimentando la ciencia y la industria: La era de los datos o Big Data.

Hoy  Chile alberga casi el 50% de la inversión astronómica y al 2020 se espera llegar a cerca del 70%, con una producción del orden de petabytes de datos por noche. Este fantástico recurso natural nos plantea importantes desafíos y, por cierto, nos ha brindado una oportunidad única para el despliegue de infraestructuras de comunicación de excepcionales condiciones, que no solo responden a la astronomía, sino que impactarán diversos ámbitos de la ciencia y de la sociedad. Pero esto no se hace solo, ni de la noche a la mañana. Ha sido un trabajo arduo de más de diez años, con los observatorios, las universidades y, por cierto, las empresas del sector. A través de la articulación hemos establecido un marco de trabajo y confianza, que ha permitido dar saltos de gigante. Primero fue el desarrollo conjunto con la ESO de la primera red óptica para la ciencia, luego se sumó ALMA y ahora, en conjunto con AURA, estamos ad portas de dar luz a la infraestructura de comunicación para el sistema de I+D+ ES más ambiciosa a nivel nacional y con estándares de primer nivel internacional.

La presencia de observatorios, el acceso a fondos públicos internacionales, el convencimiento de los socios de REUNA y la compresión de empresas del sector -que se han movido de su marco tradicional y visualizan esto no como un  "capricho" de los investigadores, sino como una oportunidad para el desarrollo de nuevos negocios-, han permitido establecer una alianza público-privada, que ha acelerado el desarrollo de la Red Universitaria Nacional y de las redes académicas internacionales, con quienes hoy estamos trabajando juntos en el ambicioso proyecto BELLA, que unirá América Latina directamente con Europa. En esta ecuación hay un actor que sigue ausente: el gobierno de Chile.

Aún nos queda mucho por hacer. La conferencia ADASS, que por primera vez se realizará en Chile y en Latinoamérica en octubre de este año, será un espacio de discusión y diseño que debemos aprovechar para que Chile no sea un país de recolección y tránsito de los datos astronómicos, sino que demos un nuevo paso en la cadena de valor y nos movilicemos hacia la astroinformática. Tenemos en nuestras manos la posibilidad de desarrollar infraestructuras de centros de datos para fines científicos y de negocios en forma colaborativa.  Chile tiene la oportunidad de ser el polo de la astronomía mundial en la era del Big Data, y para ello necesitamos aunar los esfuerzos ya existentes, compartir una visión de desarrollo y trabajar por ella. Aquí  no sirve el divide y vencerás.

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