Desesperación boliviana




Cómo transformar un tema judicial interno de otro país en una oportunidad políticocomunicacional para fines propios. Ese es el objetivo al que viene apuntando desde marzo el gobierno del Presidente Evo Morales con el caso de los nueve ciudadanos bolivianos detenidos en Colchane, que esta semana la Justicia chilena condenó a tres años de cárcel y al pago de una multa de 32 millones, pues estaba suficientemente acreditado que protagonizaron un intento de robo con violencia en territorio chileno.

Tal como señaló el canciller Heraldo Muñoz, en este caso operó el Estado de Derecho. Y Chile dio muestra una vez más de que aquí existe una debida separación de los poderes del Estado. El proceso a los siete funcionarios de la aduana boliviana y a los dos militares cumplió con todas las garantías. Y eso lo saben las autoridades bolivianas que desde el momento mismo de la detención, el 19 de marzo pasado, pudieron acompañar a los detenidos. De las 101 visas que Chile ha entregado a ciudadanos bolivianos de marzo a la fecha, 40 se otorgaron a personeros que viajaron para dar a asistencia jurídica y consular a los imputados. Fueron visitados por organismos de derechos humanos, la Defensoría Penal Pública y la Cruz Roja Internacional.

Pero en vez de reconocer hechos, el gobierno de Evo Morales cree que le rinde mucho más acusar a Chile de levantar muros. Cree que es mejor para su causa salir a injuriar en foros internacionales, hablando de torturas inexistentes -que ni siquiera los abogados de los detenidos bolivianos mencionaron en el tribunal en la audiencia del martes- y de una revancha del Gobierno de Chile por su demanda marítima en La Haya.

El telón para el gobierno boliviano no se baja con la expulsión de Chile de sus nueve ciudadanos sorprendidos en el desarrollo de un delito. En los próximos días veremos cómo la administración del Presidente Morales aprovecha la situación de estas personas con condecoraciones y actos comunicacionales que solo buscan escenarios para seguir atacando al gobierno chileno y a sus autoridades. Un libreto ya conocido.

Chile no debe dar relevancia a la desesperación del gobierno de Evo Morales por buscar respaldos. Al contrario: son las autoridades vecinas las que deben escuchar la opinión de los ex Presidentes de ese país, Carlos Mesa y Jaime Paz Zamora que, muy prudentemente, llamaron a bajar el tono con Chile, porque entienden que la relación entre nuestros países no se agota en La Haya. 

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