Empresarios precoces
MARK ZUCKERBERG tenía unos 18 años cuando creó Synapse Media Player, su primer emprendimiento de envergadura. Larry Page dio vida a Google a los 25 años.
Un año más en el planeta acumulaba Yoshikazu Tanaka cuando inició el negocio que lo llevaría a convertirse en uno de los jóvenes más ricos de Japón. Todos son ejemplos vivos de precocidad empresarial.
Pero qué me dicen de los hermanos Cristóbal y Sebastián, que con solo 13 y 15 años, respectivamente, ya formaban parte de las sociedades de su papá.
Apuesto que la idea era incorporar la visión y el ímpetu juvenil a los proyectos de inversión que desarrollara Bancard y todo el resto de esa maraña de sociedades constituidas en lugares del mundo que solo conocemos por su apelativo común: paraísos fiscales. Porque, como siempre, nunca faltan los mal pensados que atribuyen estas decisiones estratégicas a meros manejos para eludir impuestos.
Al respecto, sepan ustedes que ya no se llaman "paraísos fiscales", sino como nos hizo saber el exministro Chadwick, se trata de "países con tributaciones blandas".
Para no quedarse corto, nos informó de paso que su candidato "ya estaba terminando con todas esas inversiones que pudiesen estar vinculadas a países con tributaciones blandas".
Qué alivio. En mi caso, como probablemente ocurre en el suyo, no tengo que preocuparme de eso, sino simplemente de mi declaración ante Impuestos Internos. No tengo sociedades fuera del país y ni siquiera tengo muy claro dónde quedan estas islas probablemente no tan vírgenes ni en qué consiste esto de la "tributación blanda".
En cambio, sí sé que el amigo Sebastián acotó el beneficio tributario del que gozaban los depósitos convenidos y todavía no entiendo la justificación. Poca plata para el fisco y gran desincentivo al ahorro previsional.
El problema ahora es quién tira la primera piedra en contra del candidato.
¿El Partido Socialista? Grandes inversionistas estos socialistas y muy bien acogidos a las exenciones tributarias que el SII gentilmente les confirmó.
¿Boric? Pero si usted, honorable diputado, paseó a su familia "por error" en un buque de la Armada.
¿Guillier y la sociedad a través de la cual cobraba su sueldo en la tele? Me temo que no está fácil.








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