Felices los cuatro




Limpiemos un poco el bosque. Despejemos tantas ramas y miremos lo que importa. Tan así que voy a sacar de esta selva a Paredes y a Guede. Me olvido del tribunal, los videos y las amenazas. Mi perspectiva es analizar lo que no ha sido examinado y que es relevante en el desarrollo del juego: el arbitraje. El Temuco-Colo Colo terminó con un vuelo de garabatos, dedos intimidantes y acusaciones misteriosas. En esa otra película donde el árbitro combate contra el futbolista y el entrenador, si no hay pruebas concluyentes, el juez termina siempre con una sonrisa al final del día. La única prueba que tenemos fue el desempeño del cuarteto arbitral y sin disfraz.

En estos días varios han gritado que el réferi central fue Polic y que Deischler (principal) fue un títere. Soslayemos ese punto también. Lo lanzo a la basura y comprendamos, de una vez que el fútbol hoy lo dirigen cuatro. Para los que aún no saben, no está demás un repaso: el cuarto árbitro, definido por la FIFA, ayudará al juez central a dirigir el encuentro conforme a las reglas de juego. No obstante el principal mantiene su autoridad a la hora de decidir sobre cualquier asunto relacionado con el partido.

Bajo ese punto de vista detallemos las polémicas: la amarilla a Opazo, cuando derribó a Aceval (quien incluso ya había tocado el balón), está correcta. No hay duda, lo barrió. La expulsión de Berríos, por dos amonestaciones, también está ajustada a reglamento. La primera cartulina es por una falta por detrás contra Cepeda en el 39' (la indicó por intercomunicador Polic) y la segunda, donde bajó a Ramírez, con fuerza desmedida. Ambas bien mostradas; por lo tanto, la roja fue acertada. Zaldivia fue bien expulsado, ya que entró con plancha y a destiempo sobre Cris Martínez y luego cometió una mano en el área donde sancionaron penal (el error fue que en primera instancia se la mostró a Opazo, que no participó en la acción). Los dos penales (la mano de Zaldivia con brazo arriba y el cruce de Barroso a Donoso) no permiten discusión. En ambos el cuarteto decidió a la perfección.

Si dirigió Polic o Deischler, sólo ellos lo sabrán. Lo que les puedo afirmar es que todos los fallos fueron correctos. Y eso en el fútbol no se puede dejar en el olvido. Al final podemos decir que terminaron felices los cuatro.

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