Imacec de 1,7%: ¿Nuestro "nuevo normal"?




Una sorpresa positiva generó el Imacec del mes de enero, que registró un crecimiento en doce meses de 1,7%. "Es mejor de lo que se esperaba", "es superior al crecimiento de 2016, de 1,5%", fueron frases que dejaron relativamente tranquilas a las autoridades. Es cierto que después de conocidas las cifras de actividad minera, industrial y de construcción, las expectativas eran peores. Se sumaban además los efectos de los incendios y la pérdida de 68 mil puestos de trabajo asalariado en el trimestre móvil noviembre –enero, lo que había llevaba al mercado a apostar por cifras más cercanas a 1%. El salvavidas vino principalmente del sector comercio y de servicios, favorecido por un aumento importante del ingreso de turistas, de 32% de acuerdo a cifras preliminares. Cerca de un millón de extranjeros nos visitaron en enero, lo cual es una muy buena noticia, ya que existe consenso de que el turismo debería ser uno de los rubros a desarrollar en nuestro país. Sin embargo, casi un 90% del aumento del turismo se explica por el mayor ingreso de argentinos, por lo que habría un componente transitorio importante explicado en la ventaja cambiaria, que ha convertido a nuestros vecinos en los principales visitantes de los malls chilenos, contribuyendo de paso a que el Imacec no resultara tan deprimente.

Pero más allá de la coyuntura, lo realmente preocupante es que una cifra de 1,7% logre sacar caras alegres, cuando hace algunos años probablemente con un resultado así de malo, frente a una clara mejoría del escenario externo, habría peligrado el cargo del ministro de Hacienda. Se suele decir que el "hombre es un animal de costumbres" y efectivamente nos hemos acostumbrado a crecimientos entre 1,5% y 2%, es nuestro "nuevo normal". De hecho, las expectativas de crecimiento para este año, por varios meses pegadas en 2%, se redujeron a 1,9% en la última encuesta, y probablemente vuelvan a caer si la huelga de Escondida no se resuelve en el corto plazo ¿Cuál es el problema de fondo? Creciendo al 2% promedio por año alcanzaríamos el desarrollo (PIB per cápita que hoy tiene Portugal) el año 2034, aunque obviamente en ese momento el de Portugal ya sería bastante superior.

Se suele decir que cuando los países tienen niveles de ingreso más altos, disminuye su tasa de crecimiento de tendencia, lo cual tiene asidero teórico. Sin embargo, en general cae bastante menos que en Chile, y además las políticas económicas siguen siendo claves en el resultado. En el último cuarto de siglo los países desarrollados han crecido a una tasa promedio en torno a 3%, ritmo que a estas alturas nos dejaría contentos en Chile. Sin embargo, los países del Asia desarrollada han logrado crecer a tasas de 5% o más, aún después de llegar a un nivel de desarrollo equivalente al de Chile actual. Irlanda ha logrado un resultado incluso mejor, por lo que las políticas liberalizadoras parecen ser claves. Países como Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda también han logrado sostener ritmos de expansión superiores a los que Chile registra actualmente, y sólo los países europeos (excluyendo a Luxemburgo y Holanda) muestran cifras de crecimiento similares a las de Chile, aunque con puntos de partida mejores que el nuestro.

La conclusión; no nos podemos acostumbrar a un 2% y hacer fiesta cuando nos acerquemos a 3%. Con políticas correctas se puede aspirar a resultados mejores, que nos permitan ser a nosotros testigos de un Chile desarrollado, y no lo logren recién nuestros bisnietos.

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