La felicidad de Marías
Me he acordado de Javier Marías, el escritor español -autor de libros como Corazón tan blanco y Mañana en la batalla piensa en mí-, luego de que el Real Madrid barriera en la final de la Champions contra la Juventus. No ha sido una evocación caprichosa; Marías es un hincha confeso, casi fundamentalista, del Madrid. En la víspera del duelo en Cardiff, Marías había escrito una columna dando cuenta de la crueldad de ambos finalistas. El feroz sustantivo, en el caso del campeón italiano, lo circunscribía a los tifosi albinegros y ponía por ejemplo cómo ellos se burlaban del trágico accidente aéreo ocurrido en mayo de 1949, donde hubo 31 muertos, entre ellos 18 futbolistas del Torino, el clásico rival de la Juve. La crueldad, en lo que toca al Real Madrid, Marías la reservaba para lo que era capaz de hacer el equipo en cancha. En las últimas líneas escribía: "La Juventus sabe que el Madrid tiende a ganar las finales de esta competición. Si además recuerda el famoso cabezazo de Zidane a Materazzi, deberá ser ella la que se eche a temblar".
Tenía razón, Marías. Los temores terminaron por pasarle la cuenta a la Juve. Los temores y un rival que atraviesa un momento único y que les ha llevado a ganar tres de las últimas cuatro Champions League, enterando así seis finales sin conocer la derrota -desde que la ganó en 1998, paradojalmente ante el mismo rival, Juventus.
Pareciera que, si tomamos lo que hizo en la liga española, el Madrid vuelve a ser el que siempre fue, un equipo que sólo sabe ganar. Ya lo decía el mismo Javier Marías en esa colección de columnas publicadas en el diario El País en los 90, y que tomaron forma de libro bajo el título de Salvajes y sentimentales: "Se dice que los madridistas no sabemos perder, y nada más cierto, no estamos acostumbrados a ello. (…) Uno se acostumbra a ver el fútbol desde un estado de ánimo determinado, y el de los madridistas era un estado de confianza con una expectativa de lujo y derroche: no sólo se ganaría, sino que cabría el adorno y sobrarían algunos goles".
De la mano de Cristiano Ronaldo, el Real Madrid modelo 2017 parece estar en la línea de lo que escribía Marías, goza de ese estado de confianza que obliga al lujo y, en cierta medida, al derroche. Porque en un principio, en Cardiff, la Juve fue la que se vio en mejor forma, al punto que muchos creímos que esta final sería la oportunidad que el gran Buffon estaba esperando para alzar, en la parte final de su carrera, la Copa. Fue precisamente Cristiano Ronaldo quien se encargó de negarle el trofeo al portero italiano anotando con maestría el primer gol y volviendo a marcar cuando el partido ya estaba 2-1 a favor de los merengues.
A pesar de que por estos días la Feria del Libro de Madrid lo tiene subsumido, imagino cómo habrá vivido Javier Marías este nuevo título de su equipo. Según propia confesión, el fútbol "es una de las pocas cosas que me hacen reaccionar hoy en día de la misma manera -exacta- en que reaccionaba cuando tenía diez años y era un salvaje, la verdadera recuperación semanal de la infancia". Habrá vuelto a ser niño entonces, y habrá corrido gritando por la calle del barrio, revoleando, ante quien quisiera verlo, la camiseta blanca del, hoy por hoy, equipo más grande del mundo.








Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.