No eres bienvenido




En la comuna de Ercilla encapuchados quemaron un bus rural y dejaron rudimentarios panfletos con la leyenda: "No eres bienvenido a la Araucanía Papa Francisco". Desde su primera visita a nuestro continente el 2013 (Brasil), a cuatro meses de haber asumido, sus mensajes han marcado una opción preferencial por los indígenas. En menos de 40 años Juan Pablo II y Francisco han sido claros en este tema. La excepción fue Benedicto XVI que en Aparecida (2007) omitió los enormes costos históricos de la conquista y esto generó protestas del mundo indígena. Benedicto XVI debió retractarse posteriormente. Francisco, desde el 2013 ha sido el Pontífice que mayor énfasis ha puesto en la defensa y promoción de los DDHH de los Pueblos Indígenas.

Juan Pablo II en su encuentro con el mundo Mapuche en Temuco (5-4-1987), los alentó "a que conserven con sano orgullo la cultura de su pueblo: las tradiciones y costumbres, el idioma y los valores propios" y "transmitir vuestra cultura a las generaciones venideras". Francisco, desde su labor pastoral y social ha puesto un énfasis en los derechos integrales de los PPII y lo expresó con enorme claridad en Bolivia (julio, 2015) en el encuentro con movimientos populares: "Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios de América en nombre de Dios y pido humildemente perdón, no sólo por las ofensas de la propia Iglesia sino por los crímenes contra los pueblos originarios durante la llamada conquista de América".

¿Dirá algo diferente Francisco en Chile cuando se reúna con la sociedad civil y comunidades indígenas en la Araucanía? En sus visitas desde Brasil y encuentros posteriores en Ecuador, Bolivia, Paraguay y Cuba en el 2015; México el 2016 (y su histórico encuentro con comunidades indígenas en Chiapas) y Colombia, recientemente, Francisco ha marcado un sello indeleble en favor de los derechos sociales, políticos, económicos y culturales de los PPII teniendo como marco de referencia su extraordinaria Encíclica "Laudeatos Si", su magisterio por la defensa de la tierra. Su crítica al modelo de dominio del dinero por sobre un desarrollo justo es profunda y su mensaje es nítido: "Este sistema ya no se aguanta -dijo en Bolivia- no lo aguantan los obreros, las comunidades. Tampoco la Madre Tierra" y pregunta: "¿Reconocemos que las cosas no andan bien en un mundo donde hay tantos campesinos sin tierra, tantas personas heridas en su dignidad?". Y su voz resuena firme: "¡Digámoslo sin miedo: necesitamos y queremos un cambio!" Y en Chiapas su mensaje mayor: los indígenas "han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros, mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras. ¡Qué tristeza! Qué bien nos haría a todos aprender a decir: perdón hermanos. El mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita a ustedes".

Este es el Papa que arribará a Chile. ¿Será diferente acá su discurso? Sería extraño. Él ha abierto un debate esencial en nuestro continente, que abre oportunidades a importantes reformas sociales y políticas, y tal vez ahí puede estar la raíz de una "advertencia" tan singular, y no necesariamente vinculada al sentimiento de nuestras comunidades y de la sociedad chilena. Entonces, por el contrario: Francisco, no solo eres bienvenido. Te necesitamos con nosotros, precisamente ahora.

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