Oddó Mala suerte




Hace 12 años Ismael Oddó tocaba bajo en la banda rock Alamedas, luego se unió al grupo de Francisca Valenzuela, y en 2009 inició camino solista con Déjame dormir, placa pop rock con ecos de The Strokes, entre otros referentes. Para la siguiente, Démonos un tiempo (2014), Oddó tomó distancia del sentido orgánico original de su música, mientras el salto de ahora retrotrae al intento pop de Chris Cornell con Scream (2009), para perplejidad de fans. Oddó se ha reconvertido en músico urbano, la denominación amable para hablar derechamente de reggaetón. Y aquí surge una primera paradoja que quizás le favorezca: para el promedio del género Oddó es un musicazo porque canta y tiene ideas claras sobre melodías y arreglos, detalles no siempre garantizados en la casilla.

En este EP figuran los componentes básicos insoslayables -el ritmo machacón, las sugerencias eróticas-, como también asoma de inmediato sofisticación y un carácter sombrío y melancólico, atípicos en la categoría. Tres cortes concitan perfecto estas bondades, Domingo, No tiene vida (con excelente letra sobre el tedio en una pareja) y Solo. En todas la percusión de Lego Moustache (ex Astro) destaca por su elegancia. Difícil vaticinar la reacción del público ante este punto aparte de Oddó, pero su jugada es prácticamente una manifestación progresiva en el reggaetón.

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