Piñera y Guillier debate al fin
Dejar atrás el tono beligerante y descalificados es quizás el mayor aporte de este primer debate, la excesiva polarización de las últimas semanas. Menos votos marcados y meterle la mano al bolsillo de los chilenos, y más definiciones concretas y propuestas. También los medios tienen en esto un rol, el quedarse solo en la frase destemplada de turno, que tantas veces invisibiliza una propuesta o tema que cada candidato quería poner en discusión con los ciudadanos.
El debate abrió una oportunidad de recuperar el sentido de la campaña de segunda vuelta, de que fueran los problemas de los chilenos y no las peleas intrascendentes entre los candidatos lo que dominará la agenda. De ellos depende que este tono se mantenga y proyecte, desterrar el lenguaje del odio y que sean las diferencias programáticas y las capacidades de los candidatos quienes inclinen la balanza en esta última semana de campaña.








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