El programa de Piñera no cuadra




Sebastián Piñera ha propuesto un programa cuyos números no cuadran. El programa cuesta US$ 14.000 millones en los cuatro años. Son gastos adicionales derivados de sus propuestas de política pública, a lo que hay que agregar el crecimiento inercial del gasto generado por las reformas en marcha, reajustes de sueldos, mantención de infraestructura y tendencias demográficas, entre otros

Hagamos un ejercicio simple para ponerle números. Estimemos el crecimiento del gasto público que ya está comprometido. Para ello, supongamos que su proporción en el PIB es constante (24,4% del PIB de 2017), la economía crece al 3,5% en promedio al igual que los ingresos tributarios. El resultado es que el gasto público en 2021 será aproximadamente de US$ 18.000 millones superior al de 2017. La Dipres estima un número similar al hacer el análisis de leyes específicas.

Los US$ 14.000 millones que contempla el programa de Piñera son gasto adicional a este monto.

El riesgo del programa de Piñera es que cumpla su palabra de gasto, pero no pueda hacer ningún ajuste.

En ese caso, el gasto fiscal subiría US$ 32.000 millones (14+18) lo que llevaría el tamaño del Estado a más de un 28% del PIB y el déficit fiscal a más de 6% del PIB. La regla fiscal estaría sometida a un stress creciente.

Supuestamente el programa se hace cargo de este riesgo, pero las cifras no cuadran y por lo tanto, el riesgo anterior hay que tomarlo en serio.

El candidato ha señalado que reducirá el gasto público en US$ 7.000 millones. Reducir ineficiencias del gasto público es loable y debe ser un esfuerzo permanente. Sin embargo, en su mandato anterior Piñera no tiene éxitos que avalen la envergadura de lo que ahora promete. En su gestión logró reducir algunos viáticos, controlar algo licencias médicas y cosas por el estilo que son importantes, pero de poca envergadura. En esta campaña ha sido incapaz de identificar fuentes precisas para este nivel de ahorro. Insinuó en algún minuto el despido de 20 mil funcionarios públicos. ¿Cómo llegará a un ahorro de US$ 7.000 millones, en un marco de paz social?

Los números no cuadran salvo que estén ocurriendo dos cosas.

La principal es que finalmente se sacrifique la promesa misma porque el programa como está no es realizable. Entonces puede que algunas propuestas vistan un santo, pero tendrá que desvestir otro. ¿Cuánto? Si se revisa los programas mal evaluados por la Dipres se llega a 40 cuyo costo es de unos US$ 1.200 millones. Uno muy importante es capacitación. ¿Pretende reducir esto? ¿De dónde saldrá el resto? ¿Pretende reducir la inversión pública o transferencias a municipalidades?

Lo otro es que haya un supuesto escondido. Si bien el programa supone un 3,5% promedio, las cifras fiscales solo cuadran con un crecimiento de 5,0% o más. Esto se ha insinuado también: Piñera supone que por el solo hecho de llegar a la Presidencia, la economía crecerá más rápido. Cualquier análisis serio de lo ocurrido entre 2010 y 2013 concluye que el crecimiento de esos años se explica por el altísimo precio del cobre, el boom de inversión minera y el importante esfuerzo de reconstrucción. Atribuirle a Piñera una capacidad inherente de crecimiento es pura especulación. Pero además, para hacer reformas serias y duraderas, no bastaría con más crecimiento de corto plazo: necesitamos más crecimiento potencial y más recaudación tributaria permanente. ¿Qué reformas propone Piñera que hagan ese milagro?

El programa de Piñera no cuadra, porque el nivel de gasto que propone es insostenible. A eso usualmente lo denominamos una política fiscal irresponsable.

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