Recordando lo dicho




Hoy en la noche vienen las tradicionales dialécticas y volteretas de nuestras elecciones, en que todos explican vehementemente por qué ganaron. Por eso es interesante recordar algunos de los dichos de los candidatos para hacer un adecuado balance.

ME-O al criticar sistemáticamente las encuestas y casi majaderamente señalar que era el más preparado (que obviamente no lo es), anunció su rampante paso a la segunda vuelta, y triunfo posterior. Esto fue ratificado por su padre en la TV en que hizo una apuesta pública de que su hijo sería al menos tercero. Da la impresión de que sacará menos votos que en su última campaña. Igual cosa ocurrió con Goic, quien dijo que su gran activo era que ella se atrevía y que por ende no negociaría nada con la izquierda porque pasaría a la segunda vuelta. Reclamó para sí la superioridad ética, que por cierto no le pertenece. El drama interno de la DC es enorme. Goic deberá enfrentarse a su dictamen de que ningún DC votaría por Piñera, lo que no es así.

Sánchez también proclamó con una cierta arrogancia, su rampante paso a segunda vuelta y el triunfo en la segunda vuelta con la emergencia de una nueva etapa de felicidad para el país. La votación de hoy la obligará a dar muchas explicaciones. Según ella el país quiere refundación, lo que chocará contra los votos. Kast probablemente será una gran sorpresa política si saca 6% o más, pero la esperanza de pasar a segunda vuelta era solo una ilusión, aunque probablemente forzará un reajuste no menor en la derecha. Si Piñera no gana en primera vuelta por sus votos, la cosa no le será fácil.

Guillier se dio numerosas vueltas de campana, como que si no hay primarias no participo, si va Lagos no iba, los desvaríos del programa, y tantas otras. Con todo, si Piñera no gana en esta vuelta, será Guillier quien seguirá al balotaje y entonces haremos este balance. Lo más dramático de este candidato ha sido su campaña del terror acerca de Piñera, que mostró su lado poco republicano y la enorme influencia del PC en sus dichos, lo que solo le ha jugado en contra, partiendo por el desbande de la DC. Si Piñera le saca 13 o más puntos de ventaja, tendrá mucho que explicar.

En otro carril corre Artés y Navarro. Ambos son básicamente humoradas políticas, que sacarán 1% o menos, aunque son dos casos diferentes. Lo de Artés es difícil de analizar. No está claro si se reía a gritos del país, por ejemplo al hablar de un proyecto de 5.000 años, o ha perdido toda conexión con la realidad al sostener que Corea del Norte es un tipo de democracia ejemplar. Navarro daba mucha pena cuando insistentemente decía, basado en el presidencialismo del sistema, todo lo que haría cuando fuese presidente.

Las parlamentarias son una gran caja negra que traerá muchas sorpresas y dramas, por ahora difíciles de prever. Caerán figuras emblemáticas, quizás más de 10 partidos deberán desaparecer, y todo ello dará pie a un rebaraje muy complejo de la ecología política del país. Lo que está en juego es nada menos que la gobernabilidad en un régimen presidencial cuando el Parlamento tendrá pequeños partidos que arbitrarán las decisiones, distorsionando así la calidad de las políticas públicas.

Todo indica que un nuevo centro político va a emerger de todo este desbarajuste y borrachera ideológica sesentera que hemos vivido últimamente. El avance del país en las últimas cuatro décadas mostrará, en mi opinión, que la mayoría del no quiere realmente aventuras refundacionales de la nación, sino consolidar lo ya logrado y seguir progresando en libertad y equidad con distintos matices, propios de cada tiempo.

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