Se agradece




La Sra. ministra portavoz, al día siguiente de la salida del equipo económico, en su vocería manifestó, que ya no tenía sentido seguir en el tema y que lo importante era seguir trabajando. Desde la perspectiva de la función de gobierno, tal declaración hace sentido, pero no es vinculante para los que queremos agradecer la labor ejecutada por los renunciados y es eso lo que deseo hacer en este espacio de opinión.

Tengo una alta estimación por Rodrigo Valdés, Luis Felipe Céspedes y Alejandro Micco, economistas de primer nivel, que trabajaron con enorme responsabilidad en estos años. Ellos estuvieron preocupados de que la economía rindiera frutos para las personas, y no solo de los números, como pareció sugerir la Presidenta Michelle Bachelet el jueves pasado. Se esforzaron por mantener la disciplina fiscal en un periodo de bajo crecimiento y debilitamiento de la confianza de los inversionistas. Trabajaron duro para que la economía chilena no perdiera las fortalezas que le hicieron ganar respeto internacional. Sin ellos habríamos tenido mayores dificultades. No olvidemos que la primera tarea de Valdés fue impulsar correcciones a la reforma tributaria aprobada en 2014.

Deseo que el nuevo ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, y el nuevo ministro de Economía, Jorge Rodríguez, tengan éxito durante la breve gestión que cumplirán.

Es fundamental que sigan dando señales claras que la responsabilidad fiscal no está en duda, ni tampoco las reglas sobre la inversión. Hay que reducir la desconfianza. No puede aumentar el déficit la próxima ley de presupuesto debe cuidar los equilibrios macroeconómicos y alentar el crecimiento.

Es mejor reconocer francamente que la crisis origina en las discrepancias que ha habido permanentemente en el gobierno acerca de cómo entender el progreso y sobre todo la búsqueda de mayor igualdad.

A mi juicio, el camino es potenciar la inversión privada y, al mismo tiempo, asegurar que el Estado sea un promotor de la inclusión social. En otras palabras, soy partidario de impulsar políticas pro mercado y pro solidaridad. Así progresó nuestro país y se puso a la cabeza de América Latina.

Chile necesita apostar fuerte por el crecimiento, la inversión, la creación de empleos, y despejar la incertidumbre que generan episodios como el lamentable rechazo del proyecto Dominga en la región de Coquimbo.

Por supuesto que hay que velar por el cumplimiento de las normas de protección del medio ambiente, pero hay que estimular la creación de nuevos centros productivos. Hay quienes creen que el Estado recibe sus ingresos por una vía misteriosa y no mediante los tributos que genera la actividad general de la economía. Tenemos que aprender de la experiencia de Argentina bajo el kirchnerismo y de Venezuela bajo el chavismo, donde el estado fue capturado por minorías sectarias y corruptas que produjeron enormes descalabros.

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