Por un sistema previsional sin discriminación de género




HOY EL sistema de pensiones tiene un grave problema de legitimidad ante la ciudadanía. Éste se encuentra administrado por un sistema privado basado en la capitalización individual con una ausencia total de solidaridad entre cotizantes, con un bajo aporte del Estado. Todo esto deriva en el pago de bajas pensiones, que han creado una crítica desde la sociedad.

El debate de una reforma al sistema debe tener presente la situación que hoy sufren las mujeres. Las mujeres tenemos una posición desmejorada respecto a los hombres, recibiendo una pensión mucho menor en relación a éstos, lo que da cuenta de un sistema discriminatorio.

Son diversos factores que inciden. Uno de ellos es la menor inserción en el mundo laboral, además de su precarización. En 2015, la tasa de participación de la mujer fue menor al 50%, mientras en los hombres fue de 70,7%. A esto se suma, que en ese año la tasa de desocupación fue mayor para la mujer, con 6,8%, mientras la de los hombres fue de 5,8%.

La segmentación del mercado laboral según género es otro factor. Esto se traduce en el tipo de empleos que tenemos, el cual se encuentra centrado en el área de comercio, servicios e industria.

En promedio, la diferencia entre la hora de trabajo entre hombre y mujer es de 30%, brecha que va en aumento a mayor nivel educacional, lo cual desincentiva el esfuerzo por contar con estudios de post grados. Además, la vida laboral de la mujer solo es de un 40% de sus años de vida activa, mientras que la del hombre es un 74%.

Todas estas cifras influyen en las bajas pensiones, al contar con largas lagunas previsionales.

El problema proviene de una cultura patriarcal existente en la sociedad, que sigue vinculando como principal rol de la mujer el cuidado del hogar y los hijos.

En los últimos años hemos visto cambios culturales en el hogar y la familia. Hoy cada vez más mujeres son jefas de hogar. Además, existe un mayor número de familias monoparentales a cargo de mujeres, por lo cual urge una reforma al sistema que tenga como énfasis la protección de la mujer.

Para reducir esta discriminación, una propuesta previsional debe tener componentes de solidaridad para revertir dicha situación, ya que el sistema de capitalización individual actual, ha ayudado solo a agudizar las brechas. Como Bancada de Senadores hemos propuesto la existencia de un pilar solidario de ahorro colectivo, lo que permite ir en ayuda de las mujeres.

El Ejecutivo también ha adelantado su propuesta, la que elevará en 5% las cotizaciones, siendo carga del empleador. Parte del monto iría en subsidio a las pensiones de las mujeres a través de un "Bono Mujer", para aumentar dichas pensiones.

Una reforma, además, debe hacerse cargo de la diferencia existente de las tablas de mortalidad, debido a la mayor esperanza de vida que se calcula a la mujer, y que afecta en el monto de sus pensiones, los cuales deben ser uniformes como hoy tienen la mayoría de los países de la OCDE.

Otra propuesta es que, durante la vida en común de los cónyuges o convivientes, de las cotizaciones que reciba un hombre por su trabajo, la mujer sea compensada por éste si se encuentra dedicada al hogar.

Llegó el momento de que como sociedad nos hagamos cargo de la discriminación de género que tenemos, para equiparar la situación previsional entre hombres y mujeres, lo cual debe ser un foco de las propuestas previsionales que surjan.

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