¿Terrorismo?




DE TIEMPO en tiempo se vuelve a suscitar entre nosotros -a propósito de ataques incendiarios contra predios o camiones en La Araucanía-, la pregunta acerca de la naturaleza de tales crímenes. Específicamente, se plantea la duda de si ellos tienen (o no) un carácter terrorista.

La pregunta es importante desde el punto de vista penal, dado que, dependiendo de la respuesta, la legislación aplicable será diferente (la ley Antiterrorista o el Código Penal), y los procedimientos y las sanciones más, o menos, severas.

El problema, sin embargo, es que resulta sumamente difícil definir el concepto de "terrorismo", al punto que una investigación detectó que los especialistas en la materia usan más de cien definiciones diferentes de este flagelo (Schmid y Jongman, 1988).

La expresión "terrorismo" apareció por primera vez en la edición de 1795 del "Oxford English Dictionary", lo que sugiere que fue tributaria del "reino del terror" introducido en Francia por Robespierre, entre los años 1792 y 1794 (Greene, 2017). Más adelante, a comienzos del siglo XX, el vocablo se asoció a actividades violentas perpetradas por grupos anarquistas (particularmente asesinatos de políticos y empresarios). Luego, promediando el siglo pasado, se utilizó para calificar atentados con elementos explosivos realizados por grupos de ultraizquierda o separatistas en Europa. Finalmente, desde septiembre de 2001 ha sido el término más frecuente para rotular la violentísima acción de grupos fundamentalistas islámicos.

 En este contexto, cabe revisitar la cuestión acerca de si los crímenes que algunos grupos mapuches cometen (como incendios de propiedades y de camiones o, incluso, el asesinato ocasional de agricultores), constituyen actos terroristas.

Como sucede en este tipo de cosas, muchas veces observadores externos suelen tener la cabeza más fría al momento de caracterizar con propiedad la situación en un país determinado. Por ello es útil revisar lo que el Departamento de Estado de los EE.UU. (un país que conoce el terrorismo de primera mano) sostiene respecto de la situación en La Araucanía.

Así, en su último reporte descarta que los crímenes y delitos que se cometen allí sean "terroristas", caracterizando en cambio la situación de esta forma: "Elementos dentro de algunas comunidades Mapuche están involucrados en un conflicto sobre la tierra y los derechos indígenas en Chile. Individuos violentos y grupos de activistas que buscan reparación por agravios han quemado iglesias, casas y pastizales, y han atacado camiones, autobuses y equipos de cultivo y explotación forestal, causando destrucción de propiedades, lesiones e incluso muertes".  Coincidiendo con los EE.UU., el Comité de Derechos Humanos de la ONU ha expresado su preocupación por la aplicación de legislación antiterrorista a individuos Mapuche por actos que, aunque violentos (o incluso criminales), no ostentan el carácter de "terroristas".

En todo caso, las apreciaciones de estos entes extranjeros e internacionales sobre la inexistencia de terrorismo en La Araucanía aparece confirmada por los cientos de miles de turistas (chilenos y extranjeros) que visitan la región cada año, lo cual sería sumamente extraño de ser esta una zona asolada por el terrorismo.

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