Venezuela
Venezuela a semifinales del Mundial Sub 20. Y jugando bien. Pero no sólo eso, también con una cuota de garra y amor propio formidables. Un equipo que juega con los pies y la cabeza. Al menos en el fútbol, los venezolanos ven el futuro con optimismo.
¿Y acá? Después de lo ocurrido en las copas Libertadores y Sudamericana hay que ponerse a reflexionar un momento. Porque el tema no es coyuntural, no se trata de un año malo como el que puede tener cualquier país, es algo de fondo: cualquier rival, en cualquier cancha, en cualquier competencia, nos pone en problemas. Cualquiera. Avanzar una ronda se transforma en una hazaña, casi una efeméride.
Y esto se traslada a las selecciones juveniles. Perdemos con cualquiera, vamos de adorno, entran y salen entrenadores cada dos años. El oasis de la Sub 17 reafirma el diagnóstico: se trata de un equipo metedor, puro corazón y garra, pero que carece de calidad individual y técnica. Si no juegan como comandos, no tienen oportunidad.
Hace mucho tiempo que no sale un jugador de gran nivel desde las series cadetes. No nos vamos a engañar con Iván Morales, Jeisson Vargas o Yerko Leiva. Nada contra ellos, pero ¿hasta dónde pueden llegar? Castillo rebotó en Europa, Henríquez no juega, Mora recién está explotando ahora. Hablamos de los que estuvieron en la Sub 20 de 2013. Rango medio con suerte. Y ésos son a los que les fue bien.
Seamos francos, no tenemos un juvenil como Soteldo. Ni en sueños.
Por el momento la selección adulta tapa todo. Un gran árbol que oculta el bosque quemado. No es difícil hacer la tarea y pesquisar las camadas salidas de las series menores los últimos años: jugadores híbridos, metedores en el mejor de los casos, pocos desequilibrantes, acaso ninguno que pinte para crack.
En Colo Colo apuestan a Esteban Pavez. Un volante central que no es superior a Raúl Ormeño o Eduardo Vilches y está varios escalones más debajo de Arturo Sanhueza, ni hablar de Jaime Pizarro. Y es la gran figura con el que los albos pretenden hacer caja.
La U es un desierto: no hay nadie. Tienen al Chinito Martínez en vitrina. Y en cadetes debieron reorganizar toda la estructura porque no estaban sacando un solo jugador que pudiera estar en el primer equipo.
¿Y Maripán? En seis meses su nivel de juego se vino abajo. Podía ser y por el momento no es. Y eso que en Católica es donde mejor se trabaja. Sacan jugadores a montones, pero son para jugar acá y por ahí ir a México. El techo es muy visible.
¿Qué nos pasa? Nos estamos volviendo malos para el fútbol. En la ANFP lo único que se habla es de plata, repartición de derechos y porcentajes. La pelota está en un tercer plano. Temo que tras la natural declinación de la "generación dorada" no haya nada. Sólo unos cuantos dirigentes peleando como enajenados las platas del CDF. Las señales ya son muchas para hacerse los tontos.








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