Voto útil
El programa de gobierno de Sebastián Piñera promete 750 medidas. El solo número indica un ánimo constructivista y regulador, que tiene más de socialista que de cualquier otra cosa.Habrá quienes impugnen esa calificación señalando esta o aquella medida como ejemplo, pero en esa cantidad siempre se puede encontrar cualquier cosa para argumentar en el sentido que se quiera. Además, hay un dato que permite afirmar irrefutablemente su inclinación socialista y que es el que importa: el costo. Según el propio candidato llegará a US$ 14.000 millones en el periodo. Cifra que no es menor, cuando la constante a través de los años ha sido el incremento del gasto público. Porque desde 1990 ningún político ha hecho un esfuerzo por detener el crecimiento del gasto público o siquiera hacerlo más eficiente. Invariablemente se ha propuesto gastar más que la tasa de crecimiento económico.
Tanto que Chile, de país con superávit, pasó a ser uno con déficit permanente, a pesar de las promesas de cerrar brechas con crecimientos proyectados, que los desequilibrios fiscales y reformas se han encargado de aventar. A ello se agrega el endeudamiento público, que alcanzó en septiembre a los US$ 60.000 millones (tan solo tres meses antes era de US$ 54.000 millones). Lejos están los tiempos en que éramos acreedores netos, más ahorro que deuda, la Noruega de Sudamérica. Lo que uno hubiera esperado de una candidatura de centroderecha ante esta realidad, eran propuestas efectivas para frenar esta espiral ascendente, pero lejos de eso, tenemos un catálogo de 750 promesas que exigen mayor gasto, financiadas vagamente con "crecimiento futuro" y "reasignaciones".
Si vamos a la orilla contraria, encontramos que Alejandro Guillier -los que saben lo dan por contendor de Piñera en la segunda vuelta- no tiene programa. Lo dará a conocer entre la primera y segunda vuelta. Algo novedoso, votar por lo que no se conoce. Quizás es una estrategia de marketing: como en las telenovelas, mediante incertidumbre induce a la gente a votar por él para conocer el desenlace en el próximo capítulo. No obstante, una cosa es cierta: será un programa socialista, con muchas promesas y harto gasto.
Al menos, el candidato oficialista nos anticipó la línea de abajo, que es la que importa: su programa comprende US$ 21.000 millones. Parece más que su contendor, pero no es así, ya que dijo que US$ 9.000 millones serán inversión privada. Entonces, nos ofrece solo US$ 12.000 millones adicionales de gasto público, menos que Piñera. Digo "nos ofrece", porque lo pagaremos nosotros; o nuestros hijos, tratándose de la deuda.
Como votante de derecha que ha sido instado al voto útil por el piñerismo, estoy analizando seriamente votar en segunda vuelta por Guillier. La razón es simple: ante dos programas socialistas, escojo el más barato. Pues US$ 2.000 millones no son poca cosa, sobre todo para un país que cada día tiene menos margen.








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