En estos años sólo dos veces los jueces no lograron consenso y premiaron dos libros. Uno de ellos, irónicamente, es el que acaba de ser elegido por votación popular como el mejor libro premiado en este medio siglo de historia: El paciente inglés, de Michael Ondaatje. Una elección que buscó celebrar el aniversario del premio y que da pie para hacer nuestra propia selección.

Los siguientes son cinco libros imperdibles que han ganado el Booker Prize:

El paciente inglés

Michael Ondaatje, 1992

(Editorial: Debolsillo, Punto de lectura, 2016)

Tras ser elegido el mejor de los mejores, la BBC se preguntaba si "¿éste es el mejor libro del último medio siglo?". La respuesta de su autor fue categórica: "Ni por un momento creo que este sea el mejor libro de la lista". Pero pese a la humildad del escritor canadiense nacido en Sri Lanka, lo cierto es que El Paciente Inglés merece sin duda estar en una lista de los mejores libros escritos en inglés en los últimos 50 años. "Esta es una rara novela que se te mete en la piel", dijo una de las juezas que lo eligieron. Y a ello, uno podría agregar más: es una novela cuyas imágenes y cuyas frases retumban en la memoria varios años después de haberla leído. No por nada el director Anthony Minghella decidió llevarla al cine en 1996, cuatro años después de su publicación. El relato de Ondaatje sobre cuatro personajes reunidos en una villa de la Toscana en los últimos días de la segunda guerra mundial es un mosaico de historias sobre la redención y el amor, una profunda reflexión existencial que combina magistralmente la quietud de la villa italiana con la intensidad de la vida de los protagonistas y el drama de la historia reciente de Europa.

Hijos de la medianoche

Salman Rushdie, 1981

(Editorial: Debolsillo, Punto de Lectura, 2017)

Si el libro de Michael Odaantje fue elegido ahora como el mejor entre los premiados en los últimos 50 años, cuando el Booker Prize realizó el mismo ejercicio con ocasión de los 40 años del premio, el elegido fue otro: Hijos de la Medianoche de Salman Rushdie. La novela del escritor británico de origen indio, publicada en 1981, es al igual que El paciente inglés, una novela enmarcada en hechos históricos. No hablamos aquí de la segunda guerra mundial, sino del fin del dominio colonial británico en India. Es considerada por la crítica como un ejemplo extraordinario de literatura postcolonial, pero también una muestra de realismo mágico anglosajón. La novela de Rushdie es una alegoría de la independencia de la India. De la mano de su protagonista, nacido justo la medianoche del día en que se independiza el país, hace un recorrido por la historia del subcontinente desde 1915 hasta fines de los años 70. Un relato donde se combinan los hechos históricos con la fantasía. El protagonista posee poderes telepáticos y muy luego descubre que todos aquellos que nacieron el mismo día de la independencia de la India, comparten esas cualidades que motivarán la creación de la Conferencia de los hijos de la Medianoche.

Desgracia

J.M. Coetzee, 1999

(Editorial: Debolsillo, Punto de Lectura 2012)

Cuando se publicó Desgracia en 1999, el sudafricano J.M. Coetzee aún no ganaba el Premio Nobel y estaba lejos de ser la figura reconocida internacionalmente que es hoy. Sin embargo, sí gozaba de un amplio reconocimiento en el mundo anglosajón. Incluso, no fue la primera vez que una de sus obras obtenía el Booker. Lo había logrado primero en 1983 con Vida y época de Michael K. En ese entonces el libro –uno de los primeros del autor traducidos al castellano- es una profunda reflexión sobre las tensiones raciales de una Sudáfrica que empezaba a vivir sin el drama del apartheid, pero que aún no se liberaba de sus propias desconfianzas y resentimientos raciales. La novela de Coetzee es dura, escrita con la prosa directa de su autor, carente de excesos literarios, un estilo que permite resaltar el drama que relata: un profesor universitario suspendido por una denuncia de abuso que se refugia en la granja de su hija. El primero, representante de la vieja Sudáfrica; la segunda, ejemplo de la nueva. Y a ellos se suma el drama de la violación, la desconfianza y los temores que despierta la nueva realidad que vive el país. Un libro infaltable en cualquier lista de las mejores obras en lengua inglesa de los últimos 50 años.

Amsterdam

Ian McEwan, 1998

(Editorial: Quintento, Anagrama, 2002)

Es un libro pequeño. Está lejos de alcanzar los niveles épicos de Expiación o la fuerza política de Sábado, pero es sin duda una pequeña joya en la obra de Ian McEwan. Combina el drama personal con la discusión política británica y se convierte en un extraordinario fresco de la sociedad de ese país o al menos de los poderosos que intentan dirigir esa sociedad. McEwan asume en Amsterdam la tradición de la mejor novela satírica de Evelyn Waugh o Kingsley Amis y entrega una historia que, como aseguraba The New York Times trae reminiscencias de House of Cards –de ese House of Cards original realizado por la BBC. Es la historia de tres hombres, el director de uno de los principales periódicos del país, un poderoso empresario y un destacado político conservador y ministro de Relaciones Exteriores, unidos todos por su relación con la misma mujer Molly Lane, cuyo funeral abre magistralmente el libro. Pero la novela va más allá. Se sumerge en las pasiones y los temores más básicos de los seres humanos, condimentados con la hipocresía, el engaño y la mentira. Como escribió la prestigiosa crítica estadounidense Michicko Kakutani en The New York Times, Amsterdam "es una gran fábula moral disfrazada de thriller sicológico".

Lincoln en el Bardo

George Saunders, 2017

(Editorial: Planeta, Seix Barral, 2018)

Es el último libro en obtener el Booker Prize, el año pasado, pero su inclusión en esta lista de imperdibles no se debe a eso sino a que se trata de uno de las obras narrativas más innovadora de los últimos años, que combina magistralmente eventos históricos con la profunda intimidad del ser humano y cierto grado de "realismo mágico". La historia transcurre en una sola noche de 1862, luego de la muerte del hijo de Abraham Lincoln, Willie cuando sólo tenía 11 años. Y el escenario es precisamente "el bardo", ese espacio de la existencia que, según la tradición budista, se encuentra entre la muerte y el renacer. Es allí donde un coro de voces de muertos relatan el drama del que son testigos, el del dolor de la pérdida de un hijo, por parte de un padre y el de un hijo que es, además, testigo del sufrimiento de su padre. Todo en medio de un país sumido en una guerra civil. "Una obra maestra", según Zadie Smith, Lincoln en el Bardo es la primera novela de George Saunders, destacado cuentista estadounidense, y para muchos su mejor libro hasta ahora. Un trabajo donde logra combinar magistralmente el gran drama de un país dividido con el dolor personal de la muerte. Saunders une esa gran historia con el relato íntimo de Lincoln, que tuvo inevitablemente efectos en su vida política, según el autor. "Creo que ese momento amplió su compasión", aseguró Saunders en una entrevista al diario El País.