Ni siquiera ellos pensaban que iba a ser un acompañante menor, que algo podía salir mal, que el show doble se iba a frustrar. Consultados semanas antes de la sorpresiva deserción de Primal Scream para el concierto que ofrecería junto a The Prodigy en el Movistar Arena, de Santiago, los integrantes de esta última banda confesaban "profunda admiración" por el grupo escocés liderado por Bobby Gillespie y esperaban consolidar con ese inédito tándem un "espectáculo inolvidable" para el público chileno. Pero todo aquello quedó en nada, solo en buenas intenciones. Días después de esta entrevista con el cantante Keith Flint, los organizadores del recital fijado para el 28 de octubre emitieron un comunicado donde lamentaban la "bajada" de Primal Scream -conjunto que anota una sola presentación en Chile, en abril de 1998- y una semana más tarde dieron cuenta de la frustración del público (hubo un buen número de interesados que pidió la devolución del importe de las entradas ya adquiridas) cambiando el concierto para el Teatro Caupolicán.

Fue un rotundo cambio de planes que obligó a reformular todo como un show individual de The Prodigy y vendrá a ser el tercero que anota en el país el grupo que en los 90 mezcló punk y electrónica en discos obligados como The fat of the land (1997).

Ese es precisamente el repertorio que no podrá olvidar en Santiago el trío que completan Liam Howlett y Maxim Reality y que llegan con un nuevo título bajo el brazo: Invaders must die (2009). "Vamos con todo, con ganas de quemar algo, de volverlos locos. Tengan claro que será ruidoso y fuerte, nada de lo que hayan oído antes los dejará tan sordos como lo que oirán esta vez. Ni siquiera comparado con nosotros mismos", comenta de buen humor el que habitualmente es señalado como el frontman de la banda. El que canta y baila y se "expresa visualmente", como explica, al frente de un colectivo que, eso sí, tiene en una de sus composiciones la que, quizás, es la canción más recordada de la banda.

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"¿'Firestarter'? Obvio. Siempre que me preguntan cómo soy, cómo es mi personalidad, les digo lo mismo: que escuchen la letra de esa canción y saquen sus conclusiones". Con frases como "soy el que enciende el fuego/ el maldito instigador", no hay mucho que elucubrar sobre el tono de un recital que también incluirá canciones como "Out of space" y "Smack my bitch up", canción criticada por su misoginia, y en cuyo clip del sueco Jonas Akerlund se ve consumo de drogas fuertes y mucha violencia callejera.

* Publicado originalmente en La Tercera el 20 de octubre de 2009.