Gianluca (23) dice que sus ideas y pensamientos nunca levantan bandera blanca para clamar una tregua. “Incluso cuando estoy en pausa, realmente no estoy pausado, porque estoy pensando en lo que viene”, ejemplifica el cantante, quizás la figura que mejor sintetiza el vértigo de la última generación de músicos chilenos: autogestión, discurso, fusión de estilos, cofradía con sus pares de ayer y hoy, alta frecuencia para despachar singles sin depender de una obra completa, un sonido innegablemente contemporáneo y una capacidad para dotar de identidad local un estilo tan genérico como la música urbana.

En cuarentena, Gianluca Abarza Caro ha escuchado a Romeo Santos y su último EP incluye un cover de J Balvin, pero al pulsar play en sus canciones hay un acento melódico e interpretativo donde el trap, el reggaetón y el pop no exudan frenesí caribeño, sino que al contrario, puro vivir y sobrevivir en el Santiago del siglo XXI.

“Yo me siento en una actividad creativa constante. El hecho de parar en esta pandemia y ver todo lo que tenía fue un proceso que no sé qué hubiese pasado si no sucedía esto. Es un momento muy particular, de crecimiento, de crisis, de lo que sea que a uno le pase. Aunque uno sienta que no le está pasando nada, este es un momento único que nos va a cambiar a todos”, apuesta el artista, invitado al espacio Sesiones íntimas de Culto que se emite por La Tercera y Culto.

En esa misma ética de avanzar sin parar, ni el confinamiento ha frenado una trayectoria que de hecho lo tiene como el más nominado en la próxima entrega de los premios Pulsar (15 de julio) con cuatro candidaturas: el pasado viernes, Gianluca presentó su nuevo single, Más, producido por la dupla local TytoKush y Taiko, y que funciona como adelanto en clave funk carioca de su inminente mixtape, G Love 2, a estrenarse el 12 de agosto.

“Más la empezamos antes de la pandemia. Yo tenía ganas de hacer algo como funk carioca, bailable. Estaba escuchando mucha música de Brasil, me gusta mucho la onda del funk de allá, lo minimal que es, los elementos básicos, algún sinte chiquitito, el bajo y la voz seca como si estuviera grabado con un micrófono dinámico que te da una sensación de estar en vivo. En general, la música brasileña es muy bacán, desde Caetano Veloso y la música clásica más antigua, hasta lo nuevo”.

“Me pasaba que después de sacar un disco como Yin Yang podía, musicalmente, experimentar en cualquier ámbito. Podía hacer el género que quisiera. Entonces no sabía si quería hacer algo más bailable y trap, que conecta más con mis raíces, como cuando recién empecé hace 3 años con los primeros mixtapes que saqué, y eso que tiene que ver más con LA música que se hace en el compu, con grabar en la casa, que son las situaciones que se han ido dando naturalmente en este mixtape. Ha sido grabar en la casa, que es lo mismo que yo hacía al principio con una tascam de mano con la que me grababa, que no escuchaba retorno, no escuchaba nada, y ha sido conectar con esa energía de nuevo, el estar en mi pieza haciendo mis cosas. Estaba también en una rutina muy diferente, más acostumbrándome a trabajar en distintos estudios con productores, que es una experiencia que me gusta mucho y en la cual estaba viviendo, que viví en la gira, viví post gira, viví en el verano cuando hicimos Más”.

“A mí me pasa que aprendo mucho ahí y como la experiencia de estar en la pieza grabando ya la tenía, pero la tenía de forma amateur. Ahora estoy grabando con un micrófono que no es de altísima gama ni nada por el estilo, pero el micrófono suena bien”.

-Venías de una temporada muy intensa, incluyendo el show el 7 de marzo en el Teatro Teletón. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor de esta pandemia?

El crecimiento personal que he tenido es lo mejor. En un momento del año pasado veía este 2020 como un año que iba a ser mejor que el 2019 y que los anteriores. Ya había sacado el disco (Yin Yang), me veía con muchos planes afuera, de viajes, de tocar en ciertas ciudades que no he ido. Tenía un plan en la cabeza que, cuando empezó el año, empecé a darme cuenta de que las cosas no estaban funcionando de esa forma. Siento que lo peor que me ha pasado en cuarentena fue ... no sé, hubo un tiempo que estuve tomando harto. Fue al principio también, cuando me tomé esta pausa. En un principio pasó mucho, en un aspecto medio general, que la gente tendió a tomar más copete, también lo decían mucho en la tele. Mucha ansiedad.

-¿Extrañas los shows? ¿O una generación tan autodidacta como la tuya no necesariamente añora la comunión con otros?

-Estar tocando todo el tiempo agota de cierta forma. Siento que tener instancias de tour de dos meses, luego no tener y poder enfocarse en el estudio sería lo ideal; pero nada, lo normal es tocar siempre y yo estoy acostumbrado. No puedo quejarme en ningún sentido, sino que más bien lo agradezco y siento que me hace falta esa energía que uno recibe de la gente, es algo muy único y también es algo de mi rutina.