Mi disco favorito: Thrust / Man-Child de Herbie Hancock | por Ismael Oddó

El músico nacional, integrante de Quilapayún y también activo como solista, rescata dos álbumes que el pianista y compositor estadounidense Herbie Hancock grabó de forma consecutiva en los años 70. "Logran ecualizar absolutamente el día y el quehacer cotidiano", explica.


El encierro no ha impedido que el siempre inquieto Ismael Oddó haya avanzando en diversos proyectos artísticos, algunos en solitario y otros a distancia junto a distintos compañeros de aventuras. Conocido por su desprejuicio estilístico, el integrante de Quilapayún pasa los días de encierro trabajando en su próximo disco solista, escuchando mucha música de diversas épocas y géneros y también disfrutando los populares conciertos Tiny Desk que distintos artistas han grabado para la serie y colgado en las redes.

“Las pasadas de Café Tacvba, del cuarteto de mujeres Flor de Toloache, el concierto de Alicia Keys, el de Mac Miller, por supuesto, y también el de Natalia Lafourcade. Esos episodios han sido muy importantes. Y también el del grupo de salsa Los Hacheros”, enumera, a modo de sugerencia.

A la hora de seleccionar un álbum predilecto en su vida, su carrera y -sobre todo- en su actividad cotidiana, Oddó se queda con el trabajo de Herbie Hancock. O más bien, con dos discos que el célebre compositor y pianista estadounidense grabó de forma consecutiva a mediados de los años 70: Thrust (1974) y Man-Child (1975), en los que el autor de Watermelon Man despliega su inigualable fusión de jazz, sintetizadores y funk eléctrico.


“Esos dos discos, que fueron grabados muy seguidos, han sido muy importantes siempre, logran ecualizar absolutamente el día y el quehacer cotidiano. Desde cocinar y hacer ejercicios en la mañana, para no perder la sintonía con el cuerpo, también para concentrarse, trabajar, o para escucharlos súper conscientemente, porque quizás algún beat o un solo te abren una perspectiva nueva para poder repensar tu propia música”, explica.


Si bien no se trata de los dos trabajos más mencionados de Hancock a la hora de escoger los grandes éxitos de su discografía, Oddó considera que en eso radica precisamente su valor. “Canciones como Watermelon man o Cantaloupe Island, por ejemplo, están muy bien, pero estos otros discos son la profundización, el viaje interior. Y cuando uno descubre esos discos de los grandes, descubres por qué son grandes. Porque sobre ese material está construido el resto de las grandes obras que han hecho. Eso es lo que enaltece su arte, lo que distingue a esta gente del resto”, reflexiona.


* Ismael Oddó (París, 1975) es actor, músico solista y desde 2003 integrante de Quilapayún, conjunto al que entró en reemplazo de su padre, Guillermo “Willy” Oddó. Además de colaborar con artistas como Álvaro Henríquez y Ana Tijoux, mantiene activo el grupo paralelo The Big Shoclo’s Band (con colegas como Danilo Donoso y Ricardo “Caíto” Venegas) y ha editado álbumes en solitario como Bando N°1 (2011), Ecce Homo (2015) y Canciones con mi viejo (2019), en los que se pasea por el funk, el tango, el rock y el rap. Esta semana estrenó Gracias Roger Waters, el primer adelanto de su próximo LP.

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