Princesa Alba - besitos, cuídate

Después de cuatro años, Princesa Alba (Trinidad Riveros) es una artista muy distinta de aquella chica que se contoneaba en las graderías del estadio Monumental en un video tan kitsch como inevitable, que significó un encuentro brutal con la adulación y el trolleo. besitos, cuídate ofrece la contundencia del trabajo bien hecho. Hay antena y oídos abiertos eligiendo las mejores colaboraciones en producción, incluyendo manos internacionales, y artistas invitados que no son mero trámite sino que mejoran las canciones, como ocurre con la participación de la brasileña DUDA BEAT en narcisa. El mensaje va en HD: esto es más que trap o simple urbano. El lienzo en blanco parte con una contagiosa reverencia a Britney Spears en I’m slave 4 U, en el primer corte que da nombre al disco. miss u bb y oye amiga es R&B del siglo XXI con violines y bajos gordos. pinky promise gira desde el pop chicloso hasta un logrado desvío de synth pop. El mismo giro sorprendente y fluido timbra amor sin amor: arranque urbano, adornos de calipso y un remate de rock industrial. La canción final, simplemente, con la participación de Pimp Flaco, se retuerce sensual y melancólica con un bajo orgánico. Gran debut y disco perfecto para la primavera en libertad.

Sex Pistols - 76-77

La paradoja con Sex Pistols es esta: la frescura e inmediatez extraordinaria de Nevermind the bollocks, here’s The Sex Pistols (1977), un concentrado de la naturaleza salvaje del punk, fue ensayada meticulosamente. Demoraron dos años en conseguir un sonido fenomenal y encauzar la fiera interpretación que transformó ese debut y despedida, en uno de los títulos más radicales e influyentes de todos los tiempos.

Los cuatro álbumes que suman 80 temas -4 horas y 42 minutos de música en torno a las composiciones de ese único disco, covers y descartes-, son un mapa de ruta sobre cómo conseguir lo mejor de esos temas sencillos e implacables. Cada músico mejora a través de maquetas grabadas en distintas sesiones y estudios, desde registros resecos, chatos y con yerros, hasta alcanzar un nivel de expresividad mayúsculo en los instrumentos y el canto. El giro más notorio es de Johnny Rotten. Paulatinamente se posiciona en su registro estentóreo, comprimido en un fraseo cínico y enrabiado, un líder que alza la voz con intención descreída en una revuelta. Estos son los fósiles de la banda más icónica del punk.

I’ll Be Your Mirror: A Tribute to The Velvet Underground & Nico

En poco más de una década, el rock mutó de un sabor musical de moda para adolescentes rabiosos, románticos y libidinosos, a una cultura que seducía a intelectuales y artistas de vanguardia. The Velvet Underground fue la primera encarnación rock para bohemios y transgresores alérgicos a la facilidad del estribillo. Encapsularon a una Nueva York de alcantarilla, sexo duro y jeringas. Una modelo, la inigualable Nico, cantó algunas piezas. Nacía el rock underground.

Este tributo reúne a una mayoría de dignos herederos. Es un agrado escuchar a Michael Stipe abriendo fuegos con una mullida versión de Sunday morning, trazando la constante del homenaje: libertades y exploración. St. Vincent y el pianista y productor Thomas Bartlett deconstruyen All tomorrow’s parties desde lo siniestro hasta lo vintage, en una obra retrofuturista. Matt Berninger de The National no se aleja mucho del guión original aunque su voz resuena distinta. Kurt Vile canjea por whisky el LSD de Run Run Run. Heroin, con Thurston Moore y Bobby Gillespie, es todo lo imaginable de guitarras retorcidas y una voz que sabe de lo que canta. No corren las comparaciones con el original, sino experimentar estas canciones como la primera vez.