La polémica por las declaraciones realizadas el fin de semana por la ministra de las Culturas, Julieta Brodsky, sigue generando esquirlas en el mundo cultural. La secretaria de Estado señaló que los derechos de autor tenían que tener límites y que en ese aspecto se enfrentan dos cosas: el acceso a la cultura y el derecho a la retribución. Esto, debido al rechazo a la propuesta de derechos de autor incluida en el segundo informe de la comisión de Sistemas de Conocimiento de la Convención Constitucional.

“La Convención ha hecho un trabajo interesante en el sentido de poder equilibrar dos derechos que en el Derecho de autor generalmente se ven enfrentados: que es el derecho de acceso a la cultura, y el derecho de los autores a recibir una retribución por su trabajo”, dijo Brodsky.

Sin embargo, desde el SADEL, Sociedad de Derechos de las Letras, reaccionaron con un comunicado donde rechazan las afirmaciones de la titular de las Culturas.

El comunicado señala:

Ante las declaraciones de la Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky Hernández, en torno a la situación de los derechos de autores y autoras en la futura constitución, difundidas hace unos días por CNN, SADEL, Sociedad de Derechos de las Letras, declara:

1. Nuestra preocupación por su aseveración respecto de que los derechos de autores y autoras colisionan con el derecho al libre acceso a los bienes culturales, dejando implícito que es necesario poner límites a dichos derechos para garantizar los segundos.

2. En nuestra opinión, se trata de dos problemas radicalmente distintos: mientras el acceso al goce y beneficio de los productos culturales es un tema que debe garantizar el estado haciendo uso de los múltiples recursos e instituciones que dispone (bibliotecas, apoyos a organizaciones de gestión, patrocinios, etc.), los derechos de los autores y autoras, y la industria del libro que los posibilita, corresponden al derecho que toda persona tiene a recibir la justa retribución por su trabajo y creación. Es evidente que para que haya un acceso a los bienes culturales, deben existir trabajadores que hayan creado dichos bienes con su trabajo.

3. Los derechos de autoras y autores, y los del libro en general, son parte de los derechos humanos consagrados por las Naciones Unidas, han estado en nuestra tradición constitucional y legal, están presentes en los tratados internacionales que Chile ha suscrito, y han sido una de las principales conquistas de las luchas de generaciones de escritoras y escritores, junto a los artistas de las más diversas áreas.

4. Por estas razones, además, expresamos nuestro rechazo a la decisión de la Convención Constituyente de no aprobar las normas que le otorgaban rango constitucional a los derechos de autores y autoras, y los llamamos a reconsiderarlas, para que sean garantizadas constitucionalmente.

5. Por último, convocamos a nuestras autoridades a respetar en forma irrestricta el derecho de las autoras y autores, y la industria que los posibilita, a la justa retribución por su trabajo creativo y a apoyar que estos queden consagrados en la futura Constitución de la República.

Santiago de Chile, 18 abril 2022.