Un reputado actor británico ha muerto. A los 80 años, y a causa de una enfermedad relacionada con el cáncer, este domingo falleció David Warner, reconocido intérprete con seis décadas de carrera en cine, teatro y series.

“En estos últimos 18 meses ha afrontado su diagnóstico con la gracia y la dignidad que le caracterizaba”, expresaron sus cercanos, junto con detallar que su deceso se produjo en una residencia de Denville Hall, en las cercanías de Londres. “Le echaremos mucho de menos y le recordaremos como un hombre de buen corazón, generoso y compasivo”.

Nacido en Manchester en 1941, estudió en la Real Academia de Arte Dramático e interpretó con destreza las obras de Shakespeare desde temprana edad gracias a su incorporación a la Shakespeare Company en los años 60.

Con ese recorrido de actor británico clásico y prodigioso llegó a trabajar bajo las órdenes de Sam Peckinpah en tres largometrajes: La balada del desierto (1970), Perros de paja (1971) y La cruz de hierro (1977).

En esa época sellaría algunos roles que lo perfilaron como una figura con particular debilidad por los villanos. Fue el fotógrafo con un fatal desenlace en La profecía (1976), de Richard Donner, y encarnó al antagonista de Tron (1982) frente a Jeff Bridges. Pero quizás su papel más popular fue Spicer Lovejoy, el secuaz de Billy Zane en Titanic (1997), de James Cameron.

Incansable, también sumó secundarios en las series Twin Peaks, Penny Dreadful y The Alienist. Su rol final en cine fue el del almirante Boom en El regreso de Mary Poppins (2019), la secuela del clásico de 1964.