En un posteo de su cuenta de Instagram el pasado domingo 11 de septiembre (y que después borró), la cantante Britney Spears hizo una sentido reflexión sobre el duro período de 13 años  en que vivió bajo la tutela de su padre. Por supuesto, las conclusiones fueron escritas desde su fibra más íntima de mujer.

La cantante aseguró que debido a la falta de control creativo que mantuvo en esos años, la única imagen que le gustó de las sesiones de fotos que debió hacer, fue la de Work Bitch, y que para ella esas instancias fueron desagradables.

“Las imágenes profesionales más ofensivas de cada gira. Quiero decir que al menos podrían haberme engañado y retocado para mí... solo digo... 2 días de sesiones fotográficas para un nuevo espectáculo en Las Vegas, literalmente, las peores de la historia... y yo emocionada por las fotos durante 5 meses de gira...nunca me mostraron ninguna”.

Y agregó tajante: “Prefiero dejar la mierda en mi piscina y tomarme fotos en los estudios antes que trabajar con las personas más ofensivas de mi vida”.

También comentó que se sentía incómoda con la cantidad de bailarines con los que se vio obligada a actuar en el escenario durante su residencia de cuatro años en Las Vegas, y que ello le dejó una secuela difícil de superar.

“Estoy bastante traumatizada de por vida y sí, estoy jodidamente enojada y no, probablemente no volveré a actuar solo porque soy terca y haré mi punto”, dijo antes de cerrar con un simple “bésame”. 

Hay que señalar que si bien, Spears había insinuado la posibilidad de dejar los escenarios, esta es la primera vez que menciona el tema desde el final de su tutela. Por lo pronto, habrá que estar atentos y quedarse con su regreso oficial a la música de la mano Hold Me Closer, una colaboración que la reunió junto a Elton John.