Bastaron los primeros beats, para convocar a la audiencia a la presentación de Villano Antillano en el Banco de Chile Stage. Los jóvenes, que a esa hora intentaban capear el calor con botellas de agua o algo de la oferta bebestible dispuesta por el evento, llegaron a ver la presentación que tono con el interés en la música urbana que este año se ha hecho sentir con más fuerza en Lollapalooza Chile.

Vistiendo peto y mini plateada, la puertorriqueña hizo gala de su carisma en escena. “Dónde están las mariconas y los maricones”, preguntó casi de entrada, generando la algarabía del juvenil respetable. Así pasaron temas como Muñeca, además del hit facturado con Bizarrap en su sesión #51, ese en que lanza “mala mía’, y le dio un explosivo alcance cortesía de las plataformas digitales.

En escena, Villano Antillano es intensidad y provocación. Constantes apelaciones al público, sumados a sus bailes y su interés en temáticas de género y las disidencias sexuales (ella se define como mujer trans) que conectan con su audiencia. Aunque quedó en claro que no todos conocían todo su material.

“Que vivan las mujeres, que vivan las mujeres empoderadas, que vivan las lesbianas”, detalló. Fue una de las tantas referencias al tema, para una artista que ha hecho del cuerpo su mirada autoral. “No podría ser otra cosa que una maricona”, señaló.

Apoyada por una banda de dos músicos, una DJ y un MC de apoyo, como manda el manual del estilo, la puertorriqueña despachó temas como Tusi, Hedonismo, además de Mujer (la que definió como un “himno feminista” y con su coautira Ile, en escena) y Kakeidiscopica, de su más reciente lanzamiento, La sustancia, generaron un primer momento de euforia contenida pese a los 28°.