Crítica de discos de Marcelo Contreras: Los Auténticos Decadentes y Guided by Voices, insuperables; Barbie es pura fiesta

Crítica de discos de Marcelo Contreras: Los Auténticos Decadentes y Guided by Voices, insuperables; Barbie es pura fiesta

Las novedades discográficas de esta semana no pueden escapar al furor de las salas de cine y tienen en el soundtrack de Barbie a uno de sus ejes. Pero también hay para otros paladares. El cancionero latino y el rock alternativo dicen presente con sus respectivos principios.


*Los Auténticos Decadentes - ADN (Capítulo N)

La fenomenal banda argentina, entre los imprescindibles de la escena trasandina de los últimos 30 años, cierra su trilogía iniciada en 2021 versionando clásicos hispanoamericanos y uno que otro anglo -Boys don’t cry de The Cure por ejemplo, en el (Capítulo D)-, acompañados de grandes figuras coetáneas y astros latinos.

En este tercer episodio el nivel de picardía y desparpajo siguen garantizados a plenitud, en jugados covers como una excelente versión de Risa de Babasónicos, a 20 años de Infame, con un ligero barniz de guitarras metalizadas y un elegante fondo de bronces. La Ladrona es interpretada con frescura junto al fallecido Diego Verdaguer; El Negro José (en rigor Candombe para José, compuesta por el argentino Roberto Ternán, popularizada en Chile por Illapu) queda reconvertida en clave rioplatense junto a la murga uruguaya Agarrate Catalina.

Costumbres argentinas, de Los Abuelos de la nada, al fin tiene una magnífica versión en estudio junto a su autor Andrés Calamaro. La milonga Por cuatro días locos, popularizada por el tanguero Alberto Castillo en los 50, queda en clave fiestón junto a Pipo Cipolatti, ex líder de Los Twist. Si se trata de jarana, Los Auténticos decadentes continúan al mando.

*Barbie: The Album

El rasgo principal de este soundtrack de la película Barbie es la condición de catálogo del actual estado del pop, según el filtro anglo. Así, por ejemplo, a propósito de las aseveraciones sobre un supuesto dominio mundial del urbano, sólo hay una representante -Karol G con Watati- en un total de 17 canciones. El resto refleja efervescencia, inmediatez, y un rápido desvanecimiento como la espuma, tal como ocurre históricamente con el más masivo de los géneros.

Lizzo abre con Pink en clave The Jackson 5, seguida de Dua Lipa haciendo gala de su fórmula bailable en Dance the night. Barbie world de Nicki MInaj contiene samples de Barbie girl de Aqua, aún la mejor canción que se ha compuesto sobre la famosa muñeca, descartada en esta banda sonora. Charlie XCX, con guiños al one hit wonder Mickey de Toni Basil, inscribe una de las mejores canciones con Speed drive. Tame Impala confirma su condición imbatible como líderes del rock zorrón en la breve Journey to the real world. Ryan Gosling se la juega en plan pop progresivo y nostalgia ochentera en I’m just Ken. Más adelante Billie Eilish baja las luces en la delicada What I was made for?, en uno de los mejores aportes de una colección tan grata como desechable.

*Guided by Voices - Welshpool frillies

Los últimos seis años de los reyes del indie estadounidense de Dayton, Ohio, han sido atípicos en una institución caracterizada por el escaso convencionalismo. Acostumbrados a los cambios de integrantes, al punto que rivalizan un par de alineaciones consideradas clásicas en cuatro décadas de trayectoria, la banda liderada por Robert Pollard (65) -un compositor extraordinariamente prolífico sin descuidar el estándar del mejor power pop-, encaja 15 temas energéticos grabados en directo en un sótano de Brooklyn, trigésimo octavo título de su apabullante discografía.

Las guitarras van al frente como siempre con la base rítmica ceñida como un monolito desde el inicio -el single Meet the star-, para enfilar en Cruiser’s cross hacia el amor por el jangle pop, ese subgénero devoto por el rock lánguido de The Byrds. Romeo surgeon sobrevuela el lo-fi, fórmula abrazada históricamente por GBV, con envidiable potencia y encanto. Why won’t you kiss me abre el espectro sonoro sembrando melodía, en poco más de dos minutos de pura emoción indie rock. La fascinación por la invasión británica según las rutas de The Who y The Kinks, embarga el dramatismo de Don’t blow your dream job. Como siempre, insuperables en su nicho independiente.

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