El anticiclón Lucifer se mantuvo este jueves en el sur de Europa con temperaturas de 38°C, mientras los expertos advierten que el calor seguirá elevándose. El fenómeno meteorológico golpeó durante la jornada a Portugal y el centro de Italia, luego de que la temperatura en Sicilia superara los 48,8°C y provocara más de 500 incendios en el sur de Europa. La temperatura más alta registrada en el continente hasta ahora había sido de 47,7°C en Atenas, en 1977.

Esto se suma a las inundaciones repentinas que azotaron el norte de Turquía el miércoles, mientras los incendios forestales continuaban en Grecia, Italia y Argelia. El movimiento del anticiclón hacia el norte ha aumentado la preocupación por más incendios potencialmente mortales en todo el continente.

La Fuerza Aérea italiana, que supervisa al servicio meteorológico nacional, dijo que las islas de Cerdeña y Sicilia podrían llegar a temperaturas superiores a los 40°C el viernes, y el Ministerio de Salud del país emitió el miércoles alertas rojas por calor extremo en varias regiones.

Un hombre se refresca en una fuente en la Piazza della Rotonda, en Roma. Foto: AFP

En Sicilia, las autoridades regionales declararon estado de emergencia como resultado de los incendios, y 50 equipos voluntarios han volado para ayudar a combatirlos.

En España, el servicio meteorológico nacional advirtió que las temperaturas podrían llegar a los 44°C en algunas zonas en los próximos días. Las autoridades de Barcelona designaron 162 museos, bibliotecas y otros lugares públicos de la ciudad como “refugios climáticos”, ofreciendo agua potable fría y personal capacitado para lidiar con golpes de calor.

“Las temperaturas máximas y mínimas alcanzarán niveles muy por encima de lo normal para esta época del año”, dijo la Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET).

Rubén del Campo, portavoz de la AEMET, señaló al diario El País que España ha duplicado sus olas de calor en solo una década. “La acción humana está incrementando las olas de calor en frecuencia e intensidad. En 30 años, un verano como los de ahora se considerará un verano frío”, dijo el experto.

Un perro se da un chapuzón para refrescarse, el miércoles en Madrid. Foto: AP

El primer ministro de Portugal, António Costa, advirtió el miércoles que este clima aumenta la amenaza de incendios forestales, que en 2017 mataron a más de 100 personas en ese país.

En el sur de Francia también se emitieron advertencias de calor, con los meteorólogos alertando de un “riesgo muy severo” de incendios por la combinación de clima seco y ventoso.

Grecia lleva más de una semana siendo devastada por incendios forestales que han arrasado los bosques secos, llevando al primer ministro Kyriakos Mitsotakis a declarar el lunes “un desastre natural de proporciones sin precedentes”.

La ola de calor extremo no solo afecta a Europa. Casi 200 millones de estadounidenses en 34 estados se encuentran bajo algún tipo de advertencia relacionada con el calor. Las temperaturas de este año han contribuido a alimentar cerca de 100 incendios forestales en más de una docena de estados.

Los niños se refrescan en una fuente en Rose Kennedy Greenway, en Boston, el jueves. Foto: AP

Este fenómeno en el hemisferio norte se produce después de que un informe condenatorio de la ONU advirtiera el lunes que el mundo ya está experimentando los efectos del cambio climático.

“Algunos episodios recientes de calor extremo observados durante la pasada década habrían sido extremadamente improbables que ocurrieran sin la influencia humana en el sistema climático”, indica el texto.

El documento, que ha sido denominado un “código rojo para la humanidad”, señala que es probable que la Tierra se caliente 1,5°C en los próximos 20 años, una década antes de lo esperado, y que las olas de calor, inundaciones y sequías se harán cada vez más frecuentes.

El informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU fue elaborado por 200 científicos de 60 países, que dijeron que “no se puede descartar” un aumento en el nivel del mar que se acerque a los dos metros para fines de este siglo.

Una foto aérea del 15 de agosto de 2019 muestra icebergs mientras flotan a lo largo de la costa este de Groenlandia cerca de Kulusuk. Foto: AFP

Sin embargo, algunos expertos piensan que aún hay esperanzas de que los recortes en las emisiones de gases de efecto invernadero estabilicen el aumento de las temperaturas. “Sabemos lo que se debe hacer para limitar el calentamiento global: consignar el carbón a la historia y cambiar a fuentes de energía limpia, proteger la naturaleza y proporcionar financiamiento climático para los países en primera línea”, señaló el primer ministro británico, Boris Johnson, a raíz del informe.

El Presidente estadounidense, Joe Biden, instó a los países a limitar rápidamente los gases de efecto invernadero. “No podemos esperar para abordar la crisis climática. Los signos son inconfundibles. La ciencia es innegable. Y el costo de la inacción sigue aumentando”, dijo el mandatario demócrata a través de un comunicado.

“Las campanas de alarma son ensordecedoras y la evidencia es irrefutable: las emisiones de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles y la deforestación están asfixiando nuestro planeta y poniendo a miles de millones de personas en riesgo inmediato”, advirtió el secretario general de la ONU, António Guterres.