Marc Márquez es insaciable. El piloto español, de sólo 24 años, ha asestado hoy un golpe que podría ser definitivo al Mundial 2017 de MotoGP. En una trabajada carrera, en la que el piloto de Honda fue, como casi siempre, de menos a más, el defensor de la corona consiguió conquistar un triunfo que le permite afrontar la recta final del campeonato con un importante margen de distancia (nunca decisivo, pero sí reseñable) sobre sus perseguidores.
La prueba volvió a animarla desde la salida Jorge Lorenzo, que dominó buena parte de la carrera merced a un fantástico arranque y que pese a que terminó desinflándose en las vueltas decisivas, consiguió al menos sumar un nuevo podio, el segundo con Ducati esta temporada.
El verdadero espectáculo, sin embargo, lo puso Márquez, que partió mal, puso en juego su pellejo y buena parte de sus opciones de Mundial tratando de rebasar en una misma curva a Lorenzo y a Rossi (que marchaba también por delante en ese momento), para rehacerse más tarde y pasar a dominar la prueba en la vuelta 12. Nadie sería capaz después de darle alcance.
Con Maverick Viñales, probablemente el gran perdedor de la jornada junto con Dovizioso (séptimo en la línea de meta) hundido pese a haber logrado la pole el día anterior, el líder del Mundial se limitó a aguardar que sus perseguidores perdieran puntos. Y también lo logró.
Pedrosa, dicho sea de paso, le facilitó sobremanera la empresa, protagonizando otra fantástica remontada para terminar segundo dejando fuera del cajón a Mack (cuarto) y a Dovi.
Capítulo aparte merece Valentino Rossi, quien 24 días después de fracturarse la tibia y el peroné y haciendo añicos todos los pronósticos relativos a su recuperación, volvió a subirse a la moto. Y resistió hasta terminar quinto, Il Dottore está hecho de otra pasta.
Como Márquez, que tras su exhibición en Alcañiz es más líder del Mundial con 16 puntos de renta sobre Dovizioso y 28 sobre Viñales. A falta de cuatro grandes premios para el término del torneo, su opción de tetracampeonato cobra cada vez más fuerza.