La final de la Copa Libertadores sigue en el aire después de los hechos de violencia ocurridos durante el último fin de semana. El ataque sufrido por el plantel de Boca Juniors en su llegada al estadio Monumental de Buenos Aires obligó la postergación de la revancha de la definición continental, dejando todo ahora en manos del Tribunal de Disciplina de la Conmebol. El futuro del encuentro se define en Asunción durante esta semana.

Tras los hechos ocurridos el sábado, de inmediato surgieron las comparaciones con el último antecedente de violencia en el Superclásico argentino. Fue en la vuelta de los octavos de final de la Libertadores 2015, en la Bombonera. River Plate se disponía a volver a la cancha para jugar el segundo tiempo del encuentro cuando fue atacado en el túnel con gas pimienta por los aficionados de Boca. En esa ocasión, la Conmebol decidió dar por finalizado el partido y declarar ganador a los Millonarios, razón por la que, ahora, los xeneizes buscarán obtener el triunfo por secretaría.

Pero ambos casos, no obstante, tienen diferencias y, aunque serán juzgados bajo el mismo artículo 18 de las bases de la Conmebol (relacionado con las responsabilidades en la seguridad de los partidos), podrían tener un distinto final.

Lo primero que se remarca es el lugar del ataque. Mientras en 2015 la agresión a los jugadores de River ocurrió en el túnel mismo del estadio, lo ocurrido el último sábado fue a 710 metros del recinto deportivo, según constató la policía argentina, por lo que la defensa millonaria buscará establecer que la responsabilidad mayor del hecho recae en las fuerzas de orden público.

Otra disimilitud entre ambos hechos está la instancia en la que ocurre. En 2015 el encuentro ya estaba en disputa, por lo que River apeló también al artículo 23 del reglamento, que dice relación con la suspensión de partidos, y que no aplica en esta ocasión pues el compromiso no alcanzó a iniciarse. Además, hace tres años se identificó de inmediato al responsable (Adrián Napolitano), mientras que ahora no se ha identificado a los agresores y, de hecho, ni siquiera hubo detenidos el sábado, según consigna el diario digital argentino Infobae.

Finalmente, otro aspecto en el que los dos episodios terminarán diferenciándose indefectiblemente será en la composición del tribunal que dirimirá al respecto. En 2015, la instancia estuvo compuesta apenas por tres personas (el uruguayo Adrián Leiza, el brasileño César Vieira y el boliviano Alberto Lazada). Ahora, en tanto, la decisión estará a cargo de cuarto personas. El chileno Cristóbal Valdés, el brasileño Antonio Meccia, el paraguayo Eduardo Gross y la venezolana Amarilis Belisario. El argentino Diego Hernán, miembro también del tribunal, se inhabilitó para este caso.