Stephen Curry acalló a todos sus críticos con una magnífica actuación en el partido 3 de la serie ante los Rockets. El base de los Warriors anotó 35 puntos y fue el máximo anotador de su equipo en la victoria sobre Houston por 126-85, que deja a Golden State en ventaja de 2-1 en la final de la Conferencia Oeste.

Tras dos partidos bastante erráticos, en los que incluso muchos cuestionaron su titularidad en el quinteto dirigido por Steve Kerr, Curry demostró que está físicamente impecable y que sólo era cuestión de tiempo que empezara a afinar la puntería. En el tercer juego de la serie, se robó la película en el tercer cuarto, anotando 17 puntos, que le permitió al conjunto de Golden State conseguir una ventaja de 21 puntos al finalizar el periodo.

Houston, que había abusado de Curry en defensa en el juego 2, intentando generar continuos uno contra uno en el perímetro, ahora lució apagado en ambos lados de la cancha. Ni siquiera sus estrellas, Chris Paul y James Harden, aparecieron para acortar diferencias. De hecho, faltando cinco minutos para el término del partido, el técnico de los Rockets decidió sacar a todos sus titulares, en señal de rendición.

El cuarto partido de la serie se jugará este martes nuevamente en casa de Golden State, donde los Warriors llevan 16 partidos consecutivos sin perder en playoffs.