“Yo sé que soy mandada a hacer para meterme en forros, como que cada año me mando un comentario que genera una persecución en masa contra lo que dije. Y esta vez, no creo haber cometido ningún delito en lo que propuse”.

De esa manera, Denisse Malebrán ilustra la tormenta digital que detonó al fin de semana pasado, en precisamente el último caso que la tuvo enfrentada a voces que como estampida emergieron desde distintos lados, cuando al referirse a la cancelación de los eventos masivos como consecuencia de la pandemia del coronavirus tuiteó: “Por favor no pidan devolución de entradas de eventos postergados de artistas nacionales. Es una forma de ayudarlos en invertir en otras producciones hasta volver a tocar en vivo. Nos cuidamos y apoyamos entre todos #quedateEnTuCasa #MusicaChilena”.

Tras la avalancha de críticas –que incluyeron a figuras públicas como Jorge Schaulsohn y que reclamaban que cómo era posible que el público no pudiera pedir el reembolso de su dinero-, debió salir a publicar otro video aclarando que el mensaje sólo estaba destinado a quienes habían comprado entradas para distintos conciertos locales y sólo en caso de que el espectáculo se reprogramara con una fecha definida.

“Yo sé que para la gente es difícil de entenderlo, porque la fantasía que se vende de un artista es bastante artificial”, dice la voz de Saiko a La Tercera PM.

Después sigue: “En el fondo, creen que el artista es eso que se posa sobre un escenario, pero detrás está el mismo esfuerzo que se pegan todos, tienes que ir a trabajar todos los días, te pegas la lata de andar en el metro o micro dos horas, etc. Los músicos tienen la misma parte menos glamorosa que cualquiera; trabajas muchas horas, comes mal, no tienes estabilidad, no tienes horarios”.

“Puede ser un poco llorón que lo diga, porque nadie está acostumbrado a que un artista hable de precariedad laboral, porque es mal visto, porque quizás las generaciones mas chicas son menos dependientes, la mayoría son solistas, entonces por ahí uno puede entender la molestia".

"Pero te puedo asegurar que lo que pasó con mi propuesta, es que del 99,8% de las personas que se pusieron a comentar, ninguno ha comprado alguna vez una entrada para un concierto de un músico chileno. Lo que hubo ahí fue una odiosidad instalada de parte de nuestra sociedad”.

¿Le sorprendió la reacción?

Sí, porque no es el momento. Es el momento para que todos estemos preocupados del vecino, pero no para un Apruebo o Rechazo; o sea, qué tiene que ver con lo que estamos viviendo.

Además, la artista agrega que su iniciativa surgió luego de ver afiches de otros países donde el público llamaba a proteger a sus artistas no pidiendo la devolución de las entradas de sus shows. Por o demás, recalca que tal petición sólo la encuentra válida en caso que el show se reagende con nueva fecha. “Si el show no se hace, obviamente te tienen que devolver la plata”.

Luego profundiza: “Eso dije, hay esperanza al final del túnel. Lo que surgió después, eso no tiene ninguna racionalidad: me trataron de ladrona, sinvergüenza, cara de raja y de ahí para abajo. Me duele, más que el ataque, ver que nuestro país está a punto de explotar, seguimos en la guerra fría, entre un bando y otro”.

“Yo hice un llamado voluntario a que la gente no pidiera su dinero de vuelta”, vuelve a precisar, aclarando que, en el caso de Saiko, debieron cancelar o suspender casi 12 presentaciones, incluyendo en paso por la edición chilena de Lollapalooza que se haría a fin de mes.

“Hubo una mala interpretación y hasta una manipulación política: me escribió desde Edmundo Varas hasta Vasco Moulián y Jorge Schaulsohn o sea ¡qué te pasa!, llevo 25 años actuando y vienes tu a darme lecciones de lo que debo hacer éticamente… la perso gigante”.

“Yo estaba hablando con la gente con una entrada comprada, la mayoría de la gente no tenia ninguna entrada comprada o no tenia idea de o que estaba hablando. Hay gente que me decía: ‘todos hoy necesitamos plata’. Yo les decía: ‘las entradas valen 5 lucas, no alcanza ni para el alcohol gel, con lo que están cobrando’”.

Igual hay mucha gente que decía: igual son 5 lucas y a una persona hoy eso le puede servir para comer o para vivir un día entero.

Ese debate lo encuentro súper interesante y creo que ahí se puede abrir algo en torno a los precios de las entradas. La gente cree que un artista chileno cobra lo mismo que uno que viene de afuera, 100 o 200 lucas. Hay una desinformación en torno a todos los costos asociados a una entrada. Y ese valor puede ser mucho para alguien y poco para otro. Obvio que hay gente que si quiere las 5 lucas de vuelta, si son tuyas, pídelas de vuelta. Yo no quiero perjudicar a nadie y sé que para muchas personas 5 lucas es ene plata.

Por lo que dice, ¿cree que el público se ha formado una imagen errada del trabajo de los músicos?

Hay una disociación entre lo que uno hace en la pega y en la vida, uno también paga cuentas. Conmigo y con otros artistas la gente nos asocia con la TV y con la plata, asocia una imagen de fantasía y en eso tiene mucha culpa de cómo la industria hizo ver a los artistas.

“Para el lanzamiento de mi primer disco solista, en el Teletón en 2007, decía la promoción ‘La diva del rock chileno’. Yo pensaba: ‘ la gente cree que soy Marilyn Monroe’. Una imagen ridícula”.

En el resumen, Malebrán asegura que estos meses han sido particularmente duros para la música nacional en vivo: tras la cancelación de la Cumbre de la Música Chilena que se haría en octubre en Rancagua, vino el estallido social, el que por varias semanas borró las presentaciones artísticas de la agenda. Como consecuencia, las municipalidades de regiones giraron su foco y cancelaron gran parte de sus eventos veraniegos.

Cuando la cartelera intentaba retomar su ritmo, la crisis por el coronavirus y la suspensión de eventos masivos hará que por al menos cerca de tres meses los sonidos en vivo se silencien casi en su totalidad.

“Este negocio depende del ambiente que se genere y estos meses han sido catastróficos. La mayoría nos adaptamos a las circunstancias, pero creo que muy pocos músicos llegaron a marzo con alguna espalda económica. Esta es una industria muy precaria y, si paras un tiempo, hay muchos problemas, porque mucha gente de pende de ti. Yo paro y paran conmigo 14 personas: sonidistas, iluminadores, monitoristas, maquillador, chofer, productor, manager, es inagotable el listado. Para Lollapalooza, la mayoría de los artistas chilenos había invertido. No sólo es actuar. Uno invierte en todo, no es que lo que ganes te lo eches completo al bolsillo, sería absurdo, ningún negocio funciona así; uno invierte en todo, en equipos, en vestuario, visuales, en contratar servicios que te van engrandeciendo tu propuesta. Nunca haces lo mismo entre un show que otro. Por eso será algo complejo los meses que vienen”.

Por lo de demás, la vocalista detalla que los últimos meses han sido duros para toda clase de músicos, independiente de su popularidad: “Hay algunos que teníamos shows y eventos seguros, pero todo se ha suspendido. A todo nos pega. Y en general, yo los he visto a todos alguna vez con problemas económicos, hasta los internacionales más potentes e importantes han pasado por momentos críticos”.