Con 20 años de experiencia en la policía surcoreana, Kim Jong-yang, de 57 años, fue elegido hoy por la Interpol como su presidente para los próximos dos años. Con esta decisión, la asamblea general de la mayor organización policial reunida en Dubai desde el domingo, pone fin a una importante crisis generada tras la nunca aclarada salida del anterior titular, Meng Hongwei, en octubre pasado.

El respaldo de EE.UU  a Kim -que se desempeñaba como vicepresidente de la institución y que estaba como director interino- frustró los intentos de Rusia de poner al frente al general Alexander Prokopchuk, considerando como favorito para presidir Interpol.

Licenciado en administración de empresas en la Universidad de Corea, Kim Jong-yang, también realizó cursos relacionados al área de la administración pública y administración policial en la Universidad Nacional de Seúl y la de Dongguk. Tras finalizar sus estudios, en 1992, se desempeñó como oficial policial y luego pasó a ser jefe de la policía en la provincia de Gyeongsang del Sur. Finalmente en 2012 ingresó al Comité Ejecutivo de la Interpol, manteniendo su carrera- fue el vicepresidente de mayor edad- hasta hoy al interior del organismo.

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"Nuestro mundo se enfrenta ahora a cambios sin precedentes que plantean enormes desafíos a la seguridad pública. Para vencerlos, necesitamos una visión clara: necesitamos construir un puente hacia el futuro", señaló el nuevo presidente de la Interpol, según la cuenta oficial de Twitter del organismo.

Con todo, uno de los principales retos de Kim Jong-yang será lidiar con la brecha que su elección deja con Moscú. Porque tras la extraña desaparición de Meng Hongwei en el mes de septiembre y luego que las autoridades chinas anunciaran que estaba detenido por acusaciones de corrupción, el Kremlin inició rápidamente una carrera para que su candidato consiguiera el cargo.

Así, las movilizaciones a favor de Kim y su elección, no solo causaron confusión a nivel mundial, sino que también motivaron el descontento de Rusia, que calificó como "muy fuerte" la presión que se generó en su contra durante el proceso de la asamblea general de la institución.