Lo que ocurrió ayer en Santiago no fue casualidad. Así lo aseguran expertos y autoridades, quienes sostienen que el atentado en la 54 Comisaría de Carabineros de Huechuraba y la encomienda tipo bomba que llegó hasta las oficinas de Quiñenco, dirigida a Rodrigo Hizpeter, fueron la concreción de una serie de pruebas que desde fines de junio y los primeros 15 días de julio tuvieron lugar en la capital.

¿Pruebas de qué? De distintos envíos de artefactos, algunos falsos y otros reales. Esta es una técnica, según han detectado los organismos de Inteligencia, que utilizarían los autores de estos atentados para probar los tiempos de reacción de la policía, como también el impacto que puede tener un hecho, tanto en términos de seguridad como en lo mediático. Todo está pensado.

Y en este contexto de prueba se registró un hecho, previo a lo sucedido ayer, que pudo ser la primera alerta de que algo se estaba tramando. Pasadas las 20.00 del miércoles, la familia de una funcionaria de la Fuerza Aérea y su marido, empleado en una minera, llegó hasta su casa en Vitacura luego de un viaje a Isla de Pascua. Al llegar se encontraron con un paquete sospechoso que estaba sobre una mesa, cubierto de papel alusa y con cables adosados a una batería.

Según los antecedentes de Carabineros, la policía inspeccionó el objeto y al observar las características de la encomienda se dieron cuenta de que los cables y la batería eran reales, por lo que se pidieron el auxilio del Grupo de Operaciones Especiales (Gope) de la policía uniformada.

El Gope, a través de la utilización de rayos X y de robot antiexplosivos, comprobaron que lo que venía dentro de la caja con cables era un perfume, con ningún documento formal de entrega. Carabineros comprobó que la encomienda había sido dejada por un hombre el lunes a las 11.00 de la mañana, quien no se identificó con la asesora del hogar que recibió la caja.

Este hecho alertó tanto a Carabineros como a la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), organismo que emitió una alerta a organismos públicos y privados a las 9.30 del jueves, tres horas antes de lo ocurrido en Huechuraba.

Carabineros refuerza seguridad en comisarías

Las comisarías como objeto de eventuales atentados es algo que caló en la tropa policial. Es por ello que durante la noche de ayer, el general director de Carabineros, Mario Rozas, bajó un mensaje a todos los jefes de zona de la institución para reforzar las medidas de seguridad.

Según explicaron fuentes policiales, el mensaje de Rozas apunta a que todas las comisarías, tenencias y subcomisarías de Chile, eleven sus protocolos de seguridad para la recepción de encomiendas, aumentando los niveles de control y revisión.

Lo mismo se hará para el acceso a las comisarías, reforzando los perímetros de seguridad con agentes de civil que puedan prevenir algún nuevo ataque. Rozas ha estado monitoreando la situación prácticamente minuto a minuto y durante la noche de ayer volvió a visitar a los carabineros heridos. Hoy, en tanto, fue parte de una reunión que encabezó el Presidente Piñera en La Moneda.

Sin embargo, Carabineros no solo ha reforzado los niveles de control en sus unidades policiales. Desde anoche también se reforzó la vigilancia preventiva en puntos de alto flujo de público, como estaciones de metro y lugares públicos como paraderos y grandes avenidas.